Hoy la sociedad humana sufre las consecuencias de la desinformación y la mentira, la verdad ha sido deformada por intereses económicos, los centros de poder en el mundo, como son las trasnacionales, han desarrollado un gran monopolio de medios que actúan bajo un libreto predeterminado, lo que determina que el usuario del medio impreso, la TV o las agencias de prensa internacionales, sufra un bombardeo de mentiras, que generan en la mente consciente una falsa realidad. Muchas personas desconocen los verdaderos hechos, dan por sentado que los informativos de radio y TV tienen la verdad de la noticia, no logran separar el hecho objetivo, del armado o tramado de una mentira, o de la deformación de cualquier suceso, ya que para estos grandes monopolios de comunicación solo es importante el enajenar la conciencia, mostrar un falso modelo de sociedad, donde una minoría condiciona a las mayorías, a través de estos mecanismos de dominación.
Hoy ante ese bombardeo de falsos positivos, de enmascaramientos de la verdad, por los medios privados, muchas veces recurrimos, a noticias que los editores de la prensa privada no ofrecen a los lectores, muchas de estas informaciones aparecen en Internet, bajo “los confidenciales”, como una respuesta en la Red a la falta de libertad que existe en la prensa tradicional. Estos confidenciales aparentan una vía confiable, porque ofrecen información que no aparece en ningún otro medio, pero son tan manipulables como los grandes mediosy en algunos casos, cabe la sospecha de que tengan intereses enmascarados.
Hay que aprender a distinguir qué sitios son fiables y cuáles no. Hay una serie de señales que lo indican, algunas de ellas se ven instintivamente, en el diseño y en el estilo. Por eso se debe hacer una comprobación de la noticia. El arte de la desinformación o el falso periodismo no van a dejar de estar presentes en la Red. Internet es un medio libre e impredecible, pero es necesario que el comunicador que acude a la Red profundice en la información, que recurra a las fuentes, investigue o se alimente de los hechos reales o tangibles.
La desinformación se ha convertido en el arma principal de la guerra sucia
El Siglo XXI ha registrado importantes cambios en la correlación mundial, la perspectiva de avanzar en la unidad económica y política en América Latina y la creación de iniciativas de intercambio mundial a través de los BRICS, integrados por Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica, muestran la perspectiva de articular un mundo multipolar. Ante esta realidad positiva y alentadora, surgen las campañas de EEUU, que niegan cualquier derecho a la diversidad, atacan las culturas y religiones que no están de acuerdo con un solo centro de poder, conciben a las naciones emergentes como enemigos peligrosos a su modelo de explotación globalizante.
La información debe mostrar las diferencias de modelos y de ideas, de propuestas tanto políticas como económicas, pero a la vez debe desenmascarar los falsos modelos democráticos, porque en nombre de una democracia totalitaria se invade y se bombardea a las naciones como Siria, Libia que fue arrasada y su economía devastada, Ucrania que vive en una crisis donde se aplica el nazismo como respuesta a las diferencias internas. Estos hechos muestran la manipulación de la noticia. Los medios impresos y visuales satanizan la verdad, mostrando al gobierno de EEUU y su Ejército como los defensores de las libertades en el planeta, pero esa realidad solo existe en las películas de Hollywood donde “Rambo”, protagonizado por el derechista Silvestre Stallone, mata a vietnamitas y a afganos, creando la imagen de que EEUU, ha sido y será el paladín del mundo unipolar.
Hoy retumba en el mundo, la frase del presidente Barak Obama, en la reciente Asamblea de la Naciones Unidas (ONU), donde en su discurso referido a Medio Oriente, rompió la idea del falso mérito del premio nobel de la Paz que le fuera conferido en Suecia, al afirmar que “hay que matar, matar….”, además atacando a Rusia como su segundo enemigo después de los terroristas. Este hecho revela las verdaderas intenciones de crear un mundo Unicéntrico con un solo poder, el de EEUU, apoyado por Unión Europea, con la OTAN como brazo armado. Pero esta realidad objetiva es disfrazada por los grandes monopolios, mostrando el sueño americano, otra mentira disfrazada en una sociedad que tiene el 60% de pobreza, y el 40% de desempleo, como ejemplo de su modelo en crisis.
La violencia y el sicariato son las armas utilizadas por la derecha en Latinoamérica
En ese marco de información y contra información se circunscribe la denominada “guerra sucia”, que ha sido aplicada de manera sistemática en América Latina, desde mediados siglo 20 hasta este año 2014. El desarrollo de la creación de grupos paramilitares ha sido parte de las actividades de la CIA y de la estrategia de los militares de EEUU, tanto en los golpes militares, como en los golpes parlamentarios o los denominados “vacíos de poder”, donde se han creado miles de artilugios para desvirtuar gobiernos legítimos y democráticos, como el golpe militar contra Allende, en la Guatemala de Jacobo Arbenz, en Honduras, en Paraguay.
La contra información ha sido el arte de las estrategias desestabilizadoras, en la décadas del 50 las pandillas en Colombia, tomaron la vida de Eliecer Gaitán, en la década de los 70 surgieron los escuadrones de la muerte en Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, encuadrados en Plan Cóndor, estrategias desarrolladas en la base de la Escuela Militar para las Américas de EEUU en el Canal de Panamá. Violencia, secuestros, desaparecidos, mutilados, son parte de la denominada Democracia de EEUU, que desestabilizó a las sociedades latinoamericanas.
Se ampliaron las formas de muerte selectiva en la década de los 80
A finales de la década del 80 surgió en Colombia el “sicariato”, asesinos a sueldo, normalmente jóvenes desclasados, reclutados por los carteles de la droga para eliminar políticos y dirigentes de izquierda. La idea era crear el terror, ejemplo de esta barbarie fue el asesinato, de 100 mil integrantes de la Unión Patriótica (UP). Pero en la misma etapa histórica se organizan los paramilitares, estructura paralela de sectores del Ejército Colombiano, que apoyaban a los terratenientes, creando la muerte a miles de campesinos asesinados, realmente una masacre a los sectores opositores y el pueblo en general.
Hoy la muerte por encargo sigue siendo el arma de las derechas en Colombia y Venezuela, personajes enfermos como Álvaro Uribe, socio de los carteles de la droga, hijo del fundador de los paramilitares, declaraba en su último día de gobierno que “le faltó tiempo para invadir a Venezuela”, soñando derrocar al Comandante eterno de la revolución bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, que pasará a la historia como un líder latinoamericano que logró la unidad y el desarrollo de un Continente multipolar, en el marco de una gran diversidad.
El reciente y vil asesinato del diputado Robert Serra, muestra una vez más el rostro del paramilitarismo, una verdad de que los medios de oposición han tratado de desvirtuar. La mente insana de políticos de la derecha ha creado decenas de mentiras, es como si nunca hubo violencia de este sector en 15 años de gobierno bolivariano. La mentira de las cadenas de prensa, que usan su artillería mediática, la guerra sucia, para desnaturalizar a los sicarios, paramilitares, los golpes del 2002 y los “golpes suaves”, casi continuos en cada año, o ahora es la historieta de la Constituyente, propuesta por la mitómana (mentirosa, compulsiva, irrealista) opositora María Corina Machado, otro intento de violencia premeditada.
Por Diego Olivera
(Tomado de Rebelión)
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