Blog_CubaSigueLaMarcha

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lunes, 13 de octubre de 2014

"The New York Times" confirma tendencia en EE.UU. contra el bloqueo a Cuba

‘The New York Times’ pide acabar con el “insensato” embargo a Cuba
El Comité Editorial del diario The New York Times pidió al presidente Barack Obama poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impone a Cuba desde 1962, y restablecer relaciones diplomáticas con la isla. “Obama debe aprovechar la oportunidad para darle fin a una larga era de enemistad, y ayudar a un pueblo que ha sufrido enormemente desde que Washington cortó relaciones diplomáticas en 1961″, comenta el periódico.
Pide, como primer paso, que la Casa Blanca retire a Cuba de la lista que mantiene el Departamento de Estado para penalizar países que respaldan grupos terroristas.
Actualmente, el gobierno estadounidense reconoce que La Habana está jugando un papel constructivo en el proceso de paz de Colombia, sirviendo de anfitrión para los diálogos entre el gobierno colombiano y líderes de la guerrilla, señala.
El periódico neoyorquino pide a Obama que reflexione seriamente sobre Cuba porque un giro de política, podría representar un gran triunfo para su gobierno.
“Por primera vez en más de medio siglo, cambios en la opinión pública estadounidense y una serie de reformas en Cuba, han hecho que sea políticamente viable reanudar relaciones diplomáticas y acabar con un embargo insensato”, subraya el editorial de The New York Times.
El influyente periódico reconoce que las sanciones económicas por parte de Estados Unidos a la isla comenzaron en 1961, con el objetivo de derrocar a la Revolución cubana, pero a través de los años varios presidentes estadounidenses concluyeron que la medida ha sido un fracaso.
Destaca además que, a pesar de eso, cualquier iniciativa para eliminar el bloqueo contra Cuba, ha traído consigo el riesgo de enfurecer a miembros de los grupos extremistas anticubanos radicados en Miami, a quienes reconoce como un grupo electoral que ha sido decisivo en los comicios nacionales, pero que está en desventaja porque muchos de ellos han desaparecido.
Subraya también que las nuevas generaciones de cubanos emigrados en Estados Unidos tienen distintos puntos de vista, y muchos sienten que el bloqueo ha sido contraproducente.
Según una reciente encuesta, el 52 por ciento de los estadounidenses de origen cubano residentes en Miami piensan que se debe terminar el bloqueo, y una amplia mayoría quiere que Cuba y Estados Unidos vuelvan a tener relaciones diplomáticas, una posición que comparte el electorado norteamericano en general, destaca el periódico.
“Reanudar relaciones diplomáticas, para lo cual la Casa Blanca no necesita respaldo del Congreso, le permitiría a Estados Unidos ampliar áreas de cooperación en las cuales las dos naciones ya trabajan conjuntamente. Estas incluyen la regulación de flujos migratorios, operaciones marítimas e iniciativas de seguridad de infraestructura petrolera en el Caribe”, comenta el The New York Times.
El comité editorial del diario considera que un acercamiento con la isla más poblada del Caribe que incentive el desbloqueo del potencial de los ciudadanos de una de las sociedades más educadas del hemisferio, podría representar un importante legado para la actual administración Obama.
Los perjuicios económicos ocasionados por el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, desde 1962 y hasta marzo del presente año ascienden, a precios corrientes, a 116 mil 880 millones de dólares, informó recientemente el vicecanciller cubano Abelardo Moreno.
Esto supone un monto de un billón 112 mil 534 millones de dólares, si se calculan los daños en función de los actuales precios del oro.
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The New York Times confirma tendencia en EE.UU. contra el bloqueo a Cuba

No es casual este editorial en inglés y en español del influyente periódico estadounidense (10/11/2014) pues crece en EE.UU. la tendecia a cambiar la política agresiva del bloqueo. El redactor toca aspectos interesantes contra el bloqueo que ellos continúan llamando embargo, tal vez avizorando la nueva derrota que tendrá ese país en la Asamblea General de la ONU, a fines de mes cuando la abrumadora comunidad internacional volverá a rechazar las sanciones a la Isla. Aquí está la columna íntegra.

Tiempo de Acabar el Embargo de Cuba

Comité Editorial.-- Cuando mira un mapa del mundo, el Presidente Obama debe sentir angustia al contemplar el lamentable estado de las relaciones bilaterales que su administración ha intentado reparar. Sería sensato que el líder estadounidense reflexione seriamente sobre Cuba, donde un giro de política podría representar un gran triunfo para su gobierno.


Por primera vez en más de medio siglo, cambios en la opinión pública estadounidense y una serie de reformas en Cuba, han hecho que sea políticamente viable reanudar relaciones diplomáticas y acabar con un embargo insensato. El régimen de los Castro ha usado dicho embargo para excusar sus fallas y ha mantenido a su pueblo bastante aislado del resto del mundo. Obama debe aprovechar la oportunidad para darle fin a una larga era de enemistad, y ayudar a un pueblo que ha sufrido enormemente desde que Washington cortó relaciones diplomáticas en 1961, dos años después de que Fidel Castro llegó al poder.

En años recientes, el deplorable estado de su economía ha obligado a Cuba a implementar reformas. El proceso se ha vuelto más urgente a raíz de la crisis financiera en Venezuela, dado que Caracas le proporciona petróleo subsidiado. Con el temor de que Venezuela tenga que recortar su ayuda, líderes en la isla han tomado pasos importantes para liberalizar y diversificar una economía que históricamente ha tenido controles rígidos.

Al mismo tiempo, el gobierno cubano ha comenzado a permitir que sus ciudadanos se empleen en el sector privado y que vendan propiedades como automóviles y casas. En marzo, la Asamblea Nacional de Cuba pasó una ley con el fin de atraer inversión extranjera. Con capital brasileño, Cuba está construyendo un puerto marítimo, un enorme proyecto que solo será económicamente viable si se suspenden las sanciones estadounidenses. En abril, diplomáticos cubanos comenzaron a negociar los términos de un tratado de cooperación que esperan firmar con la Unión Europea. Han asistido a las primeras reuniones preparados, ansiosos y conscientes de que los europeos van a pedir mayores reformas y libertades ciudadanas.

El gobierno autoritario sigue acosando disidentes, quienes frecuentemente son detenidos por períodos cortos. La Habana no ha explicado la sospechosa muerte del activista político Oswaldo Payá. Pero en años recientes el gobierno ha liberado a la mayoría de los presos políticos que llevaban años tras las rejas.

El año pasado se flexibilizaron las restricciones de viaje para los cubanos, lo cual permitió que disidentes prominentes viajaran al exterior. En la actualidad, existe un ambiente de mayor tolerancia para aquellos que critican a sus líderes en la isla, pero muchos aún temen las repercusiones de hablar francamente y exigir mayores derechos.

El proceso de las reformas ha sido lento y ha habido reveses. Pero en conjunto, estos cambios demuestran que Cuba se está preparando para una era post-embargo. El gobierno afirma que reanudaría con gusto las relaciones diplomáticas con Estados Unidos sin condiciones previas.

Como primer paso, la Casa Blanca debe retirar a Cuba de la lista que mantiene el Departamento de Estado para penalizar países que respaldan grupos terroristas. Actualmente, las únicas otras naciones en la lista son Sudán, Irán y Siria. Cuba fue incluida en 1982 por su apoyo a movimientos rebeldes en América Latina, aunque ese tipo de vínculos ya no existen. Actualmente, el gobierno estadounidense reconoce que La Habana está jugando un papel constructivo en el proceso de paz de Colombia, sirviendo de anfitrión para los diálogos entre el gobierno colombiano y líderes de la guerrilla.

Las sanciones por parte de Estados Unidos a la isla comenzaron en 1961 con el objetivo de expulsar a Fidel Castro del poder. A través de los años, varios líderes estadounidenses han concluido que el embargo ha sido un fracaso. A pesar de eso, cualquier iniciativa para eliminarlo ha traído consigo el riesgo de enfurecer a miembros del exilio cubano, un grupo electoral que ha sido decisivo en los comicios nacionales. Sin embargo la generación de cubanos que defienden el embargo está desapareciendo.

Miembros de las nuevas generaciones tienen distintos puntos de vista, y muchos sienten que el embargo ha sido contraproducente para fomentar un cambio político. Según una reciente encuesta, el 52 porciento de norteamericanos de origen cubano en Miami piensan que se debe terminar el embargo. Una amplia mayoría quiere que los países vuelvan a tener relaciones diplomáticas, una posición que comparte el electorado norteamericano en general.

Cuba y Estados Unidos tienen sedes diplomáticas en sus capitales, conocidas como secciones de interés, que desempeñan las funciones de una embajada. Sin embargo, los diplomáticos estadounidenses tienen pocas oportunidades de salir de la capital para interactuar con el pueblo cubano y su acceso a los dirigentes de la isla es muy limitado.

En 2009, la administración Obama tomó una serie de pasos importantes para flexibilizar el embargo, facilitando el envío de remesas a la isla y autorizando a un mayor número de cubanos radicados en Estados Unidos a viajar a la isla. También creó planes que permitirían ampliar el acceso a telefonía celular e internet en la isla. Aún así, sería posible hacer más. Por ejemplo, se podría eliminar los límites a las remesas, autorizar mecanismos de inversión en las nuevas microempresas cubanas y expandir las oportunidades para norteamericanos que deseen viajar a la isla.

Washington podría hacer más para respaldar a las empresas norteamericanas que tienen interés en desarrollar el sector de telecomunicaciones en Cuba. Pocas se han atrevido por temor a las posibles repercusiones legales y políticas. De no hacerlo, Estados Unidos estaría cediendo el mercado cubano a sus rivales. Los presidentes de China y Rusia viajaron a Cuba en julio con miras a ampliar vínculos.

Reanudar relaciones diplomáticas, para lo cual la Casa Blanca no necesita respaldo del Congreso, le permitiría a Estados Unidos ampliar áreas de cooperación en las cuales las dos naciones ya trabajan conjuntamente. Estas incluyen la regulación de flujos migratorios, operaciones marítimas e iniciativas de seguridad de infraestructura petrolera en el Caribe. El nivel y envergadura de la relación podría crecer significativamente, dándole a Washington más herramientas para respaldar reformas democráticas. Es factible que ayude a frenar una nueva ola migratoria de cubanos desesperanzados que están viajando a Estados Unidos en balsas.

Una relación más saludable podría ayudar a resolver el caso de Alan Gross, un experto en desarrollo que lleva casi cinco años detenido en la isla. Más aún, crearía nuevas oportunidades para fortalecer la sociedad civil, con lo cual gradualmente se disminuiría el control que ejerce el estado sobre la vida de los cubanos. Si bien la Casa Blanca puede tomar ciertos pasos unilateralmente, desmantelar el embargo requeriría una acción legislativa en Washington.

En abril, varios líderes del hemisferio se reunirán en Ciudad de Panamá con motivo de la séptima Cumbre de las Américas. Varios gobiernos de América Latina insistieron en invitar a Cuba, rompiendo así con la tradición de excluir a la isla por exigencia de Washington.

Dada la cantidad de crisis a nivel mundial, es posible que la Casa Blanca considere que darle un giro sustancial a su política respecto a Cuba no es una prioridad. Sin embargo, un acercamiento con la isla más poblada del Caribe que incentive el desbloqueo del potencial de los ciudadanos de una de las sociedades más educadas del hemisferio, podría representar un importante legado para la administración. También ayudaría a mejorar las relaciones de Estados Unidos con varios países de América Latina y a impulsar iniciativas regionales que han sufrido como consecuencia del antagonismo entre Washington y La Habana.

Aún así, a raíz de la invitación a Cuba a la cumbre, la Casa Blanca no ha confirmado si Obama asistirá.
Tiene que hacerlo. Sería importante que hiciera presencia y lo considerara como una oportunidad para desencadenar un logro histórico.

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