Blog_CubaSigueLaMarcha

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lunes, 17 de julio de 2017

¿Qué ha logrado la “disidencia” en Cuba?

 

¿Qué ha logrado la “disidencia” en Cuba? / Arthur González / El Heraldo Cubano

 

Cuando se analiza fríamente qué ha logrado en 58 años la contrarrevolución interna cubana, bautizada como “disidencia”, no cabe otra respuesta: absolutamente nada.

Creada por la CIA, según sus documentos, la llamada “disidencia” solo ha logrado embolsillarse mucho dinero, visas para emigrar como “refugiados políticos” y desde enero del 2014 viajar por Europa, América Latina y Norteamérica con el dinero que pagan los contribuyentes de Estados Unidos, pero de derrocar el socialismo cubano o movilizar fuerzas populares para enfrentarse a la Revolución, ni asomo.

Si algún historiador estudiara los cientos de organizaciones construidas por los yanquis, pudiera darse cuenta que todas han estado penetradas por la efectiva Seguridad cubana, algo que cada cierto tiempo se comprueba con las denuncias realizadas a través de la TV cubana, ridiculizando a los poderosos Estados Unidos que se dejan engañar por los revolucionarios cubanos.

Durante los años 60 fueron cientos las organizaciones creadas por la CIA para ejecutar actos terroristas, especialmente contra la economía, más los cientos de planes para asesinar a Fidel Castro, todos sin éxitos.

En los 70, con la apertura de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, la CIA tuvo la oportunidad de reinstalar su Estación Local, dedicándose al abastecimiento material de dos docenas de sus agentes reclutados en el exterior y dirigidos a la obtención de información para reforzar la guerra económica contra Cuba, en su afán por ver depuesto el socialismo.

Al arribar a los 80 y con la puesta en vigor del Proyecto Democracia, aprobado por Ronald Reagan en 1981 para acabar con el socialismo en Europa, fabricaron contra Cuba la mal llamada Fundación Nacional Cubano Americana, situando al frente a un viejo agente CIA con la esperanza de disfrutar el derrumbe de la Revolución, pero tampoco alcanzaron sus deseos.

Por el contrario, Cuba puso en ridículo a la CIA al denunciar en 1987 la ineficiencia de sus jefes y oficiales que se dejaron engañar por la Seguridad del Estado, presentando a 27 agente cubanos que se burlaban del detector de mentiras y entregaban a las autoridades de la isla, sofisticadas plantas de transmisión satelital, cientos de miles de pesos y otros medios facilitados para su labor de espionaje, contaminando con informaciones falsas las bases de datos de la poderosa Agencia Central de Inteligencia.

Esa década y la de los 90, fueron proliferas en el fomento de organizaciones y partidos contrarrevolucionarios, financiados y entrenados en los locales de la misión diplomática yanqui, con la ilusión de ver caer el socialismo cubano, a la vez que iniciaban las campañas sobre supuestas violaciones de los derechos humanos.

Grupúsculos como la Asociación de Periodistas Independientes, Pro Arte Libre, Partido Pro derechos Humanos de Cuba, Partido Unidad Nacional Democrática, Plantados hasta la Libertad y Democracia, Sendero Verde, Movimiento Cristiano de Liberación, Coordinadora de Derechos Humanos, Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Coordinadora Obrera Cubana, Corriente Socialista Democrática Cubana, Criterio Alternativo, Foro Feminista Aliadas Democráticas, Corriente Cívica Cubaba, Movimiento de Madres Cubanas por la Solidaridad, Movimiento Armonía, Tercera Opción y una decena más, obtuvieron financiamientos millonarios sin resultados.

En el 2003 Cuba descorría la cortina y daba a conocer otra docena de sus agentes que penetraban esos grupúsculos, repitiendo el escándalo de 1987 al informarle al pueblo y al mundo las mentiras y planes de Estados Unidos contra la Revolución.

Sin sacar experiencias de tantos fracasos, Estados Unidos volvía por el mismo camino de derrotas sin variaciones. Es así como intentaron construir una nueva contrarrevolución más joven y sin vínculos con los añejos “disidentes”, muchos de ellos vinculados a la Seguridad cubana.

Entre la nueva promoción de “disidentes” que necesitaban para el nuevo siglo XXI, aparece la figura de Yoani Sánchez Cordero, reclutada en España por el agente CIA y terrorista, Carlos Alberto Montaner, cuando se encontraba como emigrada en ese país.

De inmediato la envían a Cuba, donde rompe sus documentos y solicita su repatriación. Dos años más tarde, en 2007, ve la luz el blog “Generación Y” con un amplio ancho de banda, colmándola de premios internacionales para hacerla una figura pública, además le diseñaron el periódico digital “14yMedio”, con el espejismo de arrastrar a los jóvenes cubanos a conformar una oposición política.

De nada sirvieron sus viajes, conferencias en el exterior, contactos en diferentes embajadas europeas en La Habana, pues la proyectada “revolución undergroundque soñaban con el uso de las memorias flash, no se ve por ninguna parte.

Similares diseños le fabricaron a Antonio Enrique González-Rodiles, con el proyecto “Estado de Sats”. Lo trajeron del exterior donde residía de forma permanente, con la esperanza de agrupar intelectuales y académicos, y sin resultados terminó apoyando a las Damas de Blanco en sus caminatas dominicales y cacareando en Miami.

Sin un análisis serio ante tantos fracasos, soñaron con formar una oposición violenta en la zona oriental, apostando a José Daniel Ferrer, después de liberado por sus actividades contrarrevolucionarias. Mensualmente le envían cientos de miles de dólares para la sostener la fabricada Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), pero tampoco sirvió para nada. Viajes a Miami y adquisición de bienes personales, cambiaron su nivel de vida e intereses personales.
La aplicación de la estrategia política puesta en práctica por el presidente Barack Obama en 2014, para prosperar una transición pacífica desde adentro, ha tenido un final similar.

Los cubanos aprovechan las oportunidades de obtener ganancias, prosperar en sus pequeños negocios, le explican a los estadounidenses las verdades del país y los daños causados por la guerra económica, quienes regresan a Norteamérica con otra idea de Cuba, impactados favorablemente por la seguridad y tranquilidad ciudadana, sin visualizar la tan fanfarroneada represión de la que dicen padecer esos que saben vivir del cuento y de los millones de dólares aprobados por la Casa Blanca.

La historia no se equivoca y como dijo José Martí:

“No debe perderse el tiempo en intentar lo que hay fundamentos sobrados para creer que no ha de lograrse”

Fuentes:





Publicado por: David Díaz Ríos CubaSigueLaMarcha.blogspot.com


Universidad de Sancti Spíritus gradúa 480 nuevos profesionales

Nuevos profesionales para el territorio espirituano / Intranet UNISS / Alma Mater

  

Gradúa universidad espirituana 480 nuevos profesionales

La Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez” incorporó a la sociedad 480 nuevos titulados en Educación Superior, en una ceremonia de graduación dedicada al Comandante Ernesto Guevara de la Serna, en el 50 aniversario de su caída en combate, y al 95 cumpleaños de la FEU.
 

La Doctora en Ciencias Naima Ariatne Trujillo Barreto, rectora de esta casa de altos estudios, resaltó en su intervención  la calidad del proceso docente-educativo en la formación de ingenieros o licenciados que cursaron sus estudios en carreras de ciencias pedagógicas, agropecuarias, empresariales, técnicas, humanísticas o de la cultura física y el deporte, y en sus palabras estuvo presente también el ideal del Comandante en Jefe al retomar sus consideraciones acerca de cómo debían ser nuestros hijos: “queremos que sean como el Che”.

Entre los egresados sobresalieron 62 alumnos que fueron distinguidos con Título de Oro por sus resultados docentes e investigativos. También fueron reconocidos los Mejores Graduados por categorías y se entregó el Premio de la Solidaridad a egresados de la nación angoleña por parte del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en el territorio.



El acto fue marco propicio para destacar que esta graduación constituye la de mayor cantidad de egresados procedentes de Angola con un total de 21 Licenciados en Educación (16 en Pedagogía Psicología y 5 en Matemática-Física) de los que 14 integraron la nómina de los Títulos de Oro.



Al hacer uso de la palabra en nombre de los educandos extranjeros, Clabi Tanda Sequeira, después de agradecer a Cuba, al MES y a la institución espirituana,  resaltó: “valió la pena haber estudiado en Cuba, pues nos ha formado desde una concepción científica del mundo con la que interiorizamos la teoría revolucionaria, la metodología y la ideología científica de la clase obrera, una vez que esto constituye una necesidad para todo el angolano que pretende aportar algo para lograr los más trascendentales cambios que deben tener lugar en su sociedad”.

“No nos olvidaremos de Cuba —aseguró Tanda Sequeiro—, de esta tierra hermana, esa que nos recibió y contribuyó a unirnos como pueblos hermanos, porque estamos hermanados en la historia, hermanados en los sufrimientos, hermanados en la cultura, hermanados en la educación, hermanados, incluso, en la sangre”.



Por su parte, Madelaine Caridad Arias Cruz, alumna de la Facultad de Ciencias Pedagógicas y la más integral del curso 2016-2017, leyó el juramento de los graduados, en el que se expresa el compromiso de enaltecer la  responsabilidad, la laboriosidad, el patriotismo, la honestidad, la solidaridad y el humanismo en sus puestos laborales. También prometieron continuar la superación posgraduada y trabajar para alcanzar títulos académicos y grados científicos que consoliden y amplíen su formación profesional.



Se encontraban presentes en la ceremonia de graduación Nadége Centelles   catedrática en Español y profesora de traducción de la Universidad “Rennes 2”, Francia, junto a dirigentes del Partido Comunista de Cuba, del Gobierno,  de la dirección nacional de la FEU y del consejo de dirección de la UNISS.

 

Fuentes

http://www.almamater.cu/revista/gradua-universidad-espirituana-480-nuevos-profesionales

http://intranet.uniss.edu.cu/2017/07/10301/ 


Más de 36 000 graduados en universidad espirituana / Escambray / Radio Sancti Spíritus


La Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez ha egresado unos 36 500 profesionales desde que vio la luz en el curso 1976-1977


 

Con este egreso de 480 titulados en Educación Superior suman ya unos 36 500 los profesionales formados en la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez desde que vio la luz en el curso 1976-1977, como filial adscrita a la Universidad Central de Las Villas Martha Abreu.

En esa cifra se incluyen los maestros y profesores graduados en la otrora Universidad de Ciencias Pedagógicas Capitán Silverio Blanco, la cual se integró a la José Martí a inicios del curso escolar 2014-2015, e igualmente recoge a graduados de la llamada modalidad media superior.

La Doctora en Ciencias Nayma Trujillo, rectora de la casa de altos estudios, al intervenir en la ceremonia de graduación resaltó la calidad del proceso docente-educativo en la formación de ingenieros o licenciados en este centro, quienes cursaron sus estudios en carreras de ciencias pedagógicas, agropecuarias, empresariales, técnicas, humanísticas o de la cultura física y el deporte.

Entre los egresados sobresalieron 62 alumnos que fueron distinguidos con Título de Oro, por sus resultados docentes e investigativos; y en el acto se destacó, igualmente, a 21 alumnos de la República de Angola, quienes alcanzaron la categoría de licenciados en Educación, lo que constituye la graduación más grande de estudiantes de esa nación en este plantel.

Al hacer uso de la palabra en nombre de los educandos extranjeros, Clabi Tanda Sequeira se preguntó qué tipo de ciudadano necesita Angola, y acto seguido se respondió que requiere de hombres y mujeres como los que se forman en las universidades cubanas, con alto sentido de patriotismo y de humanismo.

“Estudiamos —aseguró Tanda Sequeiro— para conocer, para ser buenos profesionales y para saber convivir, y esas posibilidades nos las ha brindado Cuba, país al que agradecemos su sistema educativo porque forma con una concepción científica del mundo”.

Madelaine Caridad Arias Cruz, alumna de la Facultad de Ciencias Pedagógicas y la más integral del curso 2016-2017 en la José Martí, leyó el juramento de los graduados, en el que estos se comprometen a enaltecer los valores de responsabilidad, laboriosidad, patriotismo, honestidad, solidaridad y humanismo en sus puestos laborales.

También prometieron continuar la superación a través de cursos de postgrado y lograr las categorías científicas que se correspondan con sus respectivas carreras.

La ocasión resultó propicia para que el Instituto de Amistad con los Pueblos otorgara el Premio de la Solidaridad a estudiantes angolanos con una trayectoria relevante en defensa de la Revolución cubana.

Se encontraban presentes en la ceremonia de graduación la Doctora en Ciencias Nadége Centelles, catedrática de Español en la Universidad 2, República Francesa, junto a dirigentes del Partido Comunista de Cuba, del Gobierno, y a Mirthia Brossard Oris, vicepresidenta nacional de la Federación Estudiantil Universitaria.

Fuentes:

http://www.escambray.cu/2017/mas-de-36-000-graduados-en-universidad-espirituana/

http://www.radiosanctispiritus.cu/es/2017/07/gradua-universidad-espirituana-480-nuevos-profesionales-audio/


Publicado por: David Díaz Ríos CubaSigueLaMarcha.blogspot.com

miércoles, 12 de julio de 2017

Cuba: Escrito en el hielo y puesto al sol


 
Escrito en el hielo y puesto al sol / Por Pedro de Jesús / Escambray 

 

Los medios periodísticos han devenido paño de lágrimas para los afectados y vía para conseguir que los responsables se pronuncien públicamente y resuelvan simples pero inveterados reclamos.

Desde el 2006 un artemiseño intenta legalizar la finca que heredó de su madre… Un manzanillero necesita adjudicarse un terreno donde construir vivienda, y tras ocho años de trámites, el expediente del caso se pierde… En Granma tardaron cinco meses para pagarles sus cosechas a unos campesinos y tres en Cienfuegos para aplicar una circular de Salud Pública que autoriza el incremento salarial a ciertas plazas del sector farmacéutico…

Se llenarían páginas y páginas con las quejas que salen en la prensa. Tomé las anteriores entre las que publicaron el mes pasado Granma, Juventud Rebelde y Trabajadores. Si se analiza las que han visto la luz en los últimos cinco años, tanto en esos medios como en periódicos de provincia y emisoras radiales y televisivas de todo el país, podría concluirse que casi ningún ámbito de la sociedad cubana está exento de deficiencias y que resultan ineficaces los mecanismos institucionales para poner coto al maltrato, a la desidia burocrática y a la flagrante y sistemática vulneración de nuestros derechos como consumidores, clientes, usuarios, trabajadores, vecinos…

En virtud de esa ineficacia, los medios periodísticos han devenido paño de lágrimas para los afectados y vía más o menos expedita para conseguir que los responsables se pronuncien públicamente y resuelvan entuertos, embrollos y viacrucis, o simples pero inveterados reclamos.

Según la legislación que regula el trabajo de los cuadros del Estado y el Gobierno es un deber que “presten atención y brinden una adecuada respuesta a los planteamientos y quejas de la población”. Así, constituye violación disciplinaria “retrasar o extender injustificadamente los plazos establecidos para la solución de los asuntos puestos a su consideración”, que es de 60 días como límite. Asimismo, el Código de Ética de los Cuadros del Estado Cubano instituye que deben “atender solícitamente los problemas que se les planteen” y “ayudar a encauzarlos y resolverlos y, cuando no sea posible […], dar la explicación debida, ágil y veraz”.

De otra parte, dice nuestra Carta Magna: “Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley”. Y también que “Toda persona que sufriere daño o perjuicio causado indebidamente por funcionarios o agentes del Estado con motivo del ejercicio de las funciones propias de sus cargos, tiene derecho a reclamar y obtener la correspondiente reparación o indemnización en la forma que establece la ley”.

Pero, aun cuando todo parece legislado, la ciudadanía carece de formas viables para el ejercicio pleno de su derecho de queja y petición, el cual, según un estudio científico de juristas cubanos, “no cuenta con una legislación ordinaria que permita concretar su contenido”. Entre los puntos débiles del sistema institucional de atención a la población que los autores analizan, menciono algunos: no hay control ni evaluación del proceso; no existe “una norma de rango superior” que reglamente, entre otras cuestiones, los procedimientos, los sistemas de registros, control, comunicación y los recursos humanos; y se carece de un “adecuado sistema de exigencia de responsabilidades frente al aparato público por la incorrecta actuación de los funcionarios”.

De resultas, ante un cuadro, funcionario o servidor público que no responde o lo hace tardía, superficial y/o injustamente, con frecuencia las personas desconocen a qué instancia pueden recurrir, más allá de la propia institución que las ha desatendido y maltratado o de las oficinas habilitadas para tales menesteres en el Partido o el Poder Popular.

La Fiscalía “atiende, investiga y responde […] las denuncias, quejas y reclamaciones que en el orden legal formulen los ciudadanos”. Si aprecia que se han violado derechos de una persona, dispone que la autoridad o funcionario adopte medidas para restablecer la legalidad. Esto podría resolver el problema que se denuncia, pero no siempre… Porque si el funcionario hace caso omiso, el fiscal debe comunicarlo al superior jerárquico del infractor, quien debe hacer cumplir la resolución, “excepto cuando concurra una causa de imposibilidad material”. Y la Ley No. 83/1997, De la Fiscalía General de la República, no dice nada más… O sí: dice que la resolución del fiscal “no puede interferir en la esfera de atribuciones exclusivas de los órganos y organismos del Estado”…

Cabría presentar ante los tribunales una demanda contra decisiones y actos administrativos. Si la ley da la razón al demandante, la parte demandada debe dictar una nueva disposición o resolución “que se ajuste a lo declarado en la sentencia” del tribunal. Contra la nueva resolución administrativa no procede recurso alguno; pero la parte que se considere afectada puede acudir a la Fiscalía “a los efectos del control de la legalidad socialista”… Hemos vuelto a la opción anterior: serpiente que se muerde la cola.

Queda otra vía: la penal. Aunque las instituciones estatales no son personas jurídicas penalmente responsables, sus representantes sí. Refiriéndose a una de las manifestaciones del delito de prevaricación, el artículo 137 del Código Penal cubano dice: El funcionario público que retarde maliciosamente la tramitación o resolución de un asunto de que conozca o deba conocer u omita injustificadamente el cumplimiento de un deber o de un acto que le venga impuesto por razón de su cargo o rehúse hacerlo, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas”.

La definición del delito se presta a interpretaciones ambivalentes. La demora debe ser malintencionada para que constituya delito, pero la omisión se preceptúa como injustificada, es decir, no acorde a justicia o razón, lo cual no implica mala intención (pudiera ser, digamos, causada por desconocimiento o negligencia). Por último, a la negativa a actuar no se le atribuyen otras consideraciones para que devenga delito.

Unida a los inconvenientes hermenéuticos, está la dificultad para, si se abre proceso penal, probar que la conducta del acusado es, en efecto, prevaricadora. Lo más probable será que la denuncia ante la PNR o el Órgano de Instrucción ni siquiera se eleve a tribunales, porque, según la Ley de Procedimiento Penal, “solo se iniciará el expediente cuando concurran indicios suficientes de la comisión de un delito”. Es potestad del instructor decidirlo y de la Fiscalía ratificar o revocar esa decisión. Si la ratifica, al denunciante solo le queda recurrir en queja ante el propio instructor, quien remite el caso de nuevo al fiscal, cuya resolución resulta incuestionable esta vez.

A favor del denunciado obra, además, que, como la pena máxima que estipula el artículo 137 para el prevaricador es de un año de privación de libertad, el instructor o el fiscal, en vez de remitir el caso al tribunal, puede imponer al infractor una multa administrativa.

Se prescribe en el Código Penal otra clase de prevaricación en funcionarios públicos: dictar, intencionalmente, “resolución contraria a la ley”. Punible con privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas, no puede zanjarse a través de la multa administrativa. (Por ahora; porque en las modificaciones al Código Penal que se estudian sí sería posible.)

Con iguales penas nuestra ley sanciona el delito de abuso de autoridad, imputable al “funcionario público que, con el propósito de perjudicar a una persona o de obtener un beneficio ilícito, ejerza las funciones inherentes a su cargo de modo manifiestamente contrario a las leyes, o se exceda arbitrariamente de los límites legales de su competencia”.

Comoquiera, más que acusar a un directivo o burócrata, al ciudadano le interesa resolver su problema. Porque la erosión de la institucionalidad ha llegado a tal punto que a veces ni las autoridades judiciales hacen a los violadores de la ley entrar en cintura. Si la contaminación sonora y la proliferación de microvertederos urbanos no bastan como ejemplos, añado los que aparecen en Juventud Rebelde y Granma del 23 de junio: instituciones de Matanzas y Artemisa remisas a ejecutar, respectivamente, una sentencia del Tribunal Supremo y una del Tribunal Popular Municipal, dictadas hace un año la primera, cinco meses la segunda. En tales situaciones, cabría entablar un proceso penal por el delito de desobediencia. Sin embargo, a nadie se le ocurre. ¿Por qué?

Crecí escuchando que el pan de la bodega no tenía calidad. Nadie parecía (ni parece) saber que el Código Penal prevé sanción de hasta dos años al que “venda o ponga a la venta al público artículos incompletos en su composición o peso o deteriorados”.

Me hice adulto oyendo lamentarnos de que en las tiendas no daban bolsas para empacar y acarrear las compras, y que, a la vuelta de cualquier esquina, los merolicos las tenían por cientos. Nunca escuché mención alguna a las sanciones que la ley prescribe contra quien “adquiera mercancías u otros objetos con el propósito de revenderlos para obtener lucro o ganancia”.

Parece increíble, pero tengo 46 años y sigo oyendo y leyendo las mismas quejas de cuando niño y adolescente: que si el pan, que si la jabita… ¿Habrá manera de parar eso antes de que cumpla —si llego— los 60? En la visión que hemos discutido para la Cuba de 2030, ¿hemos reparado lo suficiente en cuestiones tan aparentemente simples como estas?

Fuente:
http://www.escambray.cu/2017/escrito-en-el-hielo-y-puesto-al-sol/

Publicado por: David Díaz Ríos CubaSigueLaMarcha.blogspot.com

La contrarrevolución cubana y sus orígenes

La contrarrevolución cubana y sus orígenes. Por Fabián Escalante

 
Mucho se ha escrito y especulado sobre los orígenes de la contrarrevolución cubana, unos lo aducen a las medidas socio económicas y políticas tomadas por la Revolución, otros, al carácter socialista de la misma, los más, a la influencia del “comunismo internacional” y un sinfín de explicaciones, como factores determinantes en su proceso de radicalización, pero lamentablemente sin bases objetivas, con mucha pasión en dependencia de las posiciones que se hayan adoptado, pero casi siempre sobre juicios subjetivos y solo unos pocos han llegado al meollo del asunto.



La revolución cubana, como más de una vez Fidel Castro lo manifestó en aquel primer año, “era tan verde como nuestras palmas” y se propuso implementar el programa del Moncada, que preveía todas las leyes revolucionarias promulgadas. Además, Fidel con su dialéctica magisterial lo explicó en reiteradas ocasiones dentro y fuera de Cuba. 


Una de sus primeras visitas al extranjero fue para cumplir una deuda moral y solidaria con Venezuela en enero de 1959, el siguiente destino en abril, fue los Estados Unidos, donde se entrevistó con todos los sectores y estratos de la sociedad norteamericana; prensa radial, escrita y televisiva, cine, hombres de negocios, estudiantes, académicos, representantes de latinos y negros, legisladores, en fin con todos los que pudo, donde explicó los objetivos revolucionarios y sus proyecciones sociales, solo que el presidente norteamericano Dwight Eisenhower, ya prejuiciado por sus amigos oligarcas, no lo recibió, delegando en Richard Nixon, su Vice tal tarea, quien después de cumplimentarla, acuso –en memo al presidente- al líder cubano de ideas comunistoides.


Entre febrero y marzo, después que Fidel Castro fuese designado Primer Ministro del gobierno, se dictaron numerosas medidas sociales, tales como la rebaja de alquileres en las viviendas; la rebajas de las tarifas eléctricas y telefónicas; rebajas en los precios de libros y medicamentos; construcción de aulas rurales y escuelas; creación de los Institutos de Vivienda y Bienes Malversados y medidas para combatir el juego organizado, en ese entonces, en manos de mafiosos norteamericanos. Por tanto, Estados Unidos sabía cuáles eran las proyecciones del gobierno revolucionario, algo que entonces, no los sobresalto mucho, aunque no fueran de su agrado. 


Pero, el golpe decisivo –para los enemigos y adversarios a la revolución- llegó con la promulgación de la ley de Reforma Agraria la cual afectó a un sector de la burguesía nativa que aun habiendo combatido a la dictadura, solo pretendían un cambio de figuras donde el estatus quo se mantuviese y por supuesto, las excelentes relaciones con Estados Unidos.


Estremeció también los cimientes del Imperio, aquel si fue, como se diría en cubano coloquial: “el pollo del arroz con pollo”. Pocos sabían que ese día, a Fidel le entregaron un proyecto de ley de Reforma Agraria, confeccionado por un equipo de asesores y que en el trayecto del viaje Habana-Santiago, lo modificó radicalmente y esa fue la ley que finalmente se aprobó, la cual traería consecuencias políticas, sociales y económicas extraordinarias para la sociedad cubana y en las relaciones con Estados Unidos. 


Se otorgaron más de 100,000 títulos de propiedad a campesinos pobres, aparceros y precaristas. Los campesinos se liberaron definitivamente del yugo terrateniente y latifundista, la tierra regreso al patrimonio de Cuba, pero los propietarios, entre ellos, los grandes consorcios norteamericanos, elevaron el grito al cielo y junto a su gobierno, declararon la guerra sin cuartel a la Revolución, guerra que ha durado más de 55 años. 


Mientras, en el seno de la revolución algunos sectores no estuvieron de acuerdo con aquella ley, pues se percataban un inminente enfrentamiento con la oligarquía local y su burguesía, además del Imperio que las respaldaba. Por tanto, para analizar el nacimiento y desarrollo de la contrarrevolución cubana, debemos tener en cuenta tal acontecimiento, que afectará directamente a los proyectos de cada organización o sector social que participó en la lucha contra la dictadura de Batista. Para los más, los que pretendían una revolución que sacara al pueblo de sus miserias, las medidas tomadas eran justas, para otros, que solo pretendían cambios cosméticos, el enfrentamiento al Imperio del Norte, era como desafiar a Satanás. 


Los politiqueros, esbirros, ex militares y torturadores del régimen batistiano que se refugiaron en Miami, casi inmediatamente después del triunfo revolucionario, formaron dos agrupaciones para combatir la revolución: la Rosa Blanca, presidida por el batistiano Rafael Díaz Balart y las Milicias Obreras Anticomunistas, dirigida por Rolando Masferrer Rojas, ex jefe de escuadros de la muerte, las que rápidamente se dedicaron a campañas difamatorias y a organizar a sus simpatizantes dentro de Cuba para combatir a las nuevas autoridades, pero con muy poco suceso, salvo la primera invasión realizada en ese año, por un grupo de mercenarios al mando de Armentino Feria, un hombre de Masferrer, que fue capturado al poco tiempo de su desembarco por Baracoa.


Más eficiente fue el trabajo realizado por el dictador dominicano, Rafael Leónidas Trujillo quien con maleantes de todas las latitudes del continente y renegados cubanos, organizó una “legión del Caribe” que pretendía invadir a Cuba para derrocar su gobierno. Para estos menesteres buscó ayuda en la CIA (Frank Bender), y en elementos “descontentos” dentro de la revolución, entre ellos, los jefes del “II Frente Nacional del Escambray”, un grupo que orientado desde la embajada norteamericana se había “alzado” en armas en el Escambray con la pretensión de devenir en fuerza política si la ocasión llegara. Su núcleo principal provenía del Partido Auténtico y por supuesto, ya desde los primeros días, estaban disgustado, por no haber recibido las prebendas y cargos a los cuales aspiraban. Este complot, denominado la “conspiración trujillista” fue abortado el 13 de agosto, cuando fueron capturados los invasores en la ciudad de Trinidad.


Las discrepancias y contradicciones en el seno de los combatientes antibatistianos surgieron a causa de los objetivos que cada cual se había propuesto en la lucha. En fechas tan tempranas como el 3 de enero, fuerzas del Directorio Revolucionario avanzaron hacia la ciudad de la Habana, al mando del comandante Rolando Cubela1 y tomaron el Palacio Presidencial, la Universidad capitalina, el cuartel de San Ambrosio y la Base Área de San Antonio, bajo la cobertura de que el ejército rebelde emprendía operaciones para ocupar las fortalezas militares batistianas de Columbia y la Cabaña en la capital cubana.


Pareciera que los “rebeldes” respondían a mandos diferentes, razones por las cuales, Fidel instruyó al comandante Ernesto Ché Guevara para que se reuniera con los mandos de las fuerzas que ocupaban Palacio y les explicara la existencia de un gobierno provisional, encabezado por el magistrado Manuel Urrutia, que debía ocupar su cargo en esa sede, razón para evacuar las fuerzas allí existentes. Finalmente el conflicto fue solucionado el día 5 al llegar a la Habana, el presidente Urrutia con su gabinete y requerir las instalaciones de Palacio. Aquel hecho fue de tal relevancia política y revolucionaria que Fidel a su arribo a la capital, en su discurso del día 8 de enero en Columbia, al referirse a ello exclamó: “¿armas para qué?”.


La burguesía nativa y las transnacionales de los medios de difusión, arreciaron la sistemática campaña de difamación a la revolución triunfante, ya en marcha. Primero, los juicios a los torturadores y asesinos del pasado régimen, después, contra las medidas sociales dictadas y más tarde y por siempre, una campaña anticomunista que hizo eje de sus ataques a los comandantes Raúl Castro y Ernesto Guevara y más tarde al mismo Fidel y sus colaboradores más cercanos a los cuales acusaban de querer implantar en Cuba una dictadura comunista. La lucha política alcanzo el rojo vivo y numerosos participantes destacados en la lucha antibatistiana, comenzaron a deslindarse de las nuevas autoridades encabezadas por Fidel Castro. 


Con éstos antecedentes, en julio, sobrevino una crisis dentro del gobierno revolucionario, al renunciar Fidel a su cargo de Primer Ministro, por la pasividad del gobierno en la instrumentación de las medidas socio- económicas que exigía el país y su pueblo. Éste como un solo hombre, al conocer la noticia, se desbordó a las calles exigiendo la renuncia del presidente Urrutia y su gabinete. La génesis de aquel conflicto estuvo dado sin lugar a dudas, a la ley agraria, que resultaba inaceptable para los sectores “seudorevolucionarios” representados en el gobierno, a ello sumaban las nuevas medidas propuestas por el sector revolucionario encabezado por Fidel Castro, quien pocas horas después, regresó al cargo al designarse un nuevo presidente provisional, el Dr. Oswaldo Dorticós, un destacado revolucionario cienfueguero. 


Fue un instante de definiciones, de un lado, los revolucionarios que ansiaban profundizar el proceso político económico y social desencadenado, de otro, los que deseaban y solo pretendían cambios cosméticos en el gobierno y finalmente, un sector permeado de la ideología anticomunista que percibían en cada medida tomada una desviación al comunismo.


Así, la contrarrevolución adquirió una nueva perspectiva, y comenzó a estructurarse, adoptando las mismas formas y métodos que en la lucha contra Batista, con la pretensión de sublevar ciudades y desencadenar un movimiento guerrillero en las montañas, solo que no tuvieron en cuenta que los hombres y mujeres que ahora defendían la revolución tuvieron también aquella escuela. Entre los nuevos disidentes se encontraban ministros, altos funcionarios, comandantes y oficiales del ejército rebelde, además de civiles en cargos políticos importantes, tales como los comandantes Humberto Sorí, Pedro Luis Díaz, Eloy Gutiérrez, etc. y dirigentes civiles como David Salvador, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba Revolucionaria, CTC R, Manuel Ray ex ministro de Obras Publicas y otros.


El punto culminante de aquel proceso fue el 19 de octubre, con la sedición militar del comandante Huber Matos, jefe del regimiento de Camagüey, quien pretendió desde posiciones de fuerza, cambiar el rumbo revolucionario, aliado a los nuevos disidentes. Ese día, la capital cubana fue bombardeada por aviones procedentes de Estados Unidos al mando de Pedro Luis Díaz Lanz, ex jefe de la fuerza área rebelde y el agente CIA Frank Sturgis, como parte del complot desestabilizador, aprovechando que en la capital se desarrollaba una convención interamericana de turismo.


Los líderes disidentes, después contrarrevolucionarios desenmascarados, huyeron al norte y todas las estructuras políticas de partidos y agrupaciones fraternales o sociales devinieron de la noche en la mañana en grandes organizaciones contrarrevolucionarias que fueron abastecidas por los cuadros de las organizaciones laicas de la Iglesia Católica, tal como fue: el Movimiento de Recuperación Revolucionaria; Movimiento Revolucionario del Pueblo; Directorio Revolucionario Estudiantil, Movimiento Demócrata Cristiano y otros, mientras que los partidos se clandestinizaron y adoptaron nuevas denominaciones: Organización Autentica, Triple A, Montecristi, Ejército de Liberación, Fuerzas Anticomunistas de Liberación, etc etc hasta sumar más de 300 de ellas.


También la jerarquía católica brindó los templos, locales, incluso universidades para difundir propaganda contra las medidas del gobierno y esconder armas y explosivos. La acción más canallesca si el término es correcto, fue la diseminación de una falsa ley del gobierno, elaborada por la CIA, en la cual se les quitaba la patria potestad a los padres sobre sus hijos, lo cual provocó un éxodo hacia Estados Unidos de unos 15,000 infantes, quienes muchos de ellos jamás se reencontrarían con sus padres.


La sublevación sediciosa de Huber Matos, Sorí Marín, Manuel Ray, Pedro Luis Díaz Lanz, Frank Sturgis, Manuel Artime y otros fracasaron y fue desmantelada por las fuerzas revolucionarias dirigidas por Fidel y Camilo Cienfuegos, quien –en aquellas labores- perdiera la vida en un accidente aéreo, mientras se desarticulando el complot. 


La guerra en realidad no había hecho más que comenzar. En diciembre de 1959, el coronel JC King jefe de la división del Hemisferio Occidental de la CIA recomendaba el asesinato del Fidel Castro como “el medio más expedito para derrocar la revolución”; por otra parte en Cuba, decenas de bombas confeccionada con explosivos plásticos, facilitados por la CIA, detonaban en ciudades y poblados del país, mientras, ex soldados batistianos y disidentes de la Revolución, unidos en una misma causa, se alzaban en armas en diferentes macizos montañosos del país, para tratar de derrocar la revolución, algo que como se sabe, no pudieron, mientras Estados Unidos comenzaba a instrumentar el bloqueo multilateral que aún perdura y que 55 años más tarde, el pueblo cubano continua derrotando, en defensa de sus conquistas, independencia y soberanía nacional.