Blog_CubaSigueLaMarcha

Blog_CubaSigueLaMarcha

jueves, 31 de julio de 2014

«Nace la nueva universidad espirituana».

Nace la nueva universidad espirituana. 

Bajo el mismo nombre: Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, pero con diferente estructura que está en proceso de aprobación, este centro docente se reorganizará a partir del curso 2014-2015 en pos de elevar la calidad de la Educación Superior cubana y racionalizar recursos humanos, materiales y financieros, según trascendió este viernes en encuentros oficiales con estudiantes, profesores y trabajadores de ambas instituciones.
“Las experiencias de Isla de la Juventud, Mayabeque y Artemisa han arrojado resultados favorables, satisfactorios. Por eso el Consejo de Ministros decidió este 21 de junio extenderlas a todo el país. Hay que buscar fórmulas más racionales, de acuerdo con las necesidades y demandas del territorio. ¿Cómo debe ser la nueva universidad? La de aquí tiene que parecerse a Sancti Spíritus, con un modelo, un diseño propio y flexible”, señaló en la reunión con la comunidad universitaria de la UCP Gil Ramón González, viceministro de Educación Superior.
Junto a otras seis provincias, Sancti Spíritus se incluye en la primera etapa del proceso paulatino de integración de los centros universitarios en Cuba que culminará en 2016 con La Habana.
“No se trata de sumar estructuras, sino de integrarlas, lo cual se traducirá en mayor potencialidad y mejores resultados de los procesos formativos, científicos e ideológicos en aras de transformar la sociedad para que sea más culta, más educada, que tenga una proyección moral acorde a los procesos económicos que está llevando a cabo el país. Se necesita una nueva universidad que lleve a una nueva provincia”, sentenció Rolando Forneiro, también viceministro del MES presente en la cita.
“Contamos con todas las condiciones para que Sancti Spíritus pueda aspirar a esa universidad que está soñando el país. Es alto el reto, pero también son grandes las motivaciones”, expresó la doctora Nayma Trujillo Barreto, nombrada oficialmente rectora de la naciente universidad espirituana de nuevo tipo.
El doctor Manuel Valle Fasco, quien se desempeñaba como rector de la UNISS, resultó promovido para otras responsabilidades en el Ministerio de Educación Superior.

Relacionados:

- Los jóvenes martianos del Moncada y el proyecto de Patria.

http://cubasiguelamarcha.bligoo.es/los-jovenes-martianos-del-moncada-y-el-proyecto-de-patria

Especial para Adelante, de Camagüey.

La Patria no es simplemente un lugar de la geografía, es sobre todo una propuesta de convivencia. Confluyen en ella la memoria histórica y la memoria afectiva: el ideal (realizado o por realizar) que los habitantes de un espacio histórico enarbolan como patrimonio heredado, y los afectos construidos en el espacio físico. La memoria histórica se torna decisiva en la configuración de la Patria, porque contiene los futuros posibles. Durante décadas, después del colapso de la República soñada, el pueblo cubano se mantuvo asido a un referente ético: José Martí.
Los politiqueros jugaban con su nombre y entresacaban las frases más hermosas –como si ser martiano fuera cuestión de palabras–, pero la gente simple, la que albergaba el espíritu de Martí, juzgaba a esas personas por su comportamiento. El legado martiano era profundamente ético y solo podía consumarse en actos. Por eso, al coincidir el instante de la crisis –un golpe de estado evidenciaba la corrupción y el fracaso del proyecto martiano de Patria–, con las conmemoraciones por el centenario de su nacimiento, llenas de palabras y gestos vacíos, apareció la nueva generación redentora. Un instante de creación que unía el pasado y el futuro –un segmento preterido del pasado con su ya impostergable futuro–, en un acto de dación extrema. Eso fue lo que ocurrió el 26 de julio de 1953. No solo lo comprendieron los asaltantes al cuartel Moncada, algunos de manera racional, otros intuitivamente; lo comprendió el pueblo al conocer lo ocurrido, más de boca en boca que por la prensa sensacionalista de entonces, al servicio de otros intereses, cuando supo de los muchachos asesinados con rabia y de las palabras de autodefensa del joven abogado. Esa fue la victoria secreta, anticipada, de Fidel: las palabras llegaron después de los actos. La Generación del centenario se había bautizado en su propia sangre. Cuando Fidel señaló a Martí como autor intelectual del asalto, el pueblo comprendió que no mentía.
Algo similar ocurrió en la corrupta Venezuela de adecos y copeyanos, cuando Hugo Chávez intentara sin éxito inmediato derrocar a un gobierno que se había deslegitimado en el ejercicio del poder. Su invocación de Bolívar no pasó inadvertida por el pueblo. Tampoco su “por ahora”, al admitir la derrota. Sucede que los héroes del pasado suelen ser congelados en mármol o bronce; pero si se les invoca, vuelven a cabalgar. El mito haitiano de Mackandal, que supone que los héroes nunca mueren porque reencarnan en otros seres, es una bella imagen del papel que estos cumplen en la historia. Los revolucionarios latinoamericanos son martianos y bolivarianos, pero también sandinistas y tupamaros (de Tupac Amaru), y son guevarianos, fidelistas, chavistas. Son las estelas de ciertas tradiciones justicieras, truncas en la mayoría de los países de la región, que los pueblos enarbolan como espadas redentoras. La letra de la canción venezolana de Camila Moreno no es un simple juego retórico o una metáfora alucinada: “alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina”. Como sucedió con los versos de Guillén convertidos en letra de canción, “te lo prometió Martí y Fidel te lo cumplió”; son frases que reniegan de los autores, de tan populares, parecen anónimas.
Por eso en los años noventa, ante el advenimiento de otra crisis, de características muy diferentes, cuando el llamado campo socialista desaparecía de forma abrupta (y con él, el horizonte de la Utopía, hacia el que nuestra embarcación navegaba) y todo el sistema de relaciones comerciales de Cuba colapsaba en meses, en el instante ¿casual?, ¿causal?, en que los cubanos conmemorábamos otro centenario martiano, el de su muerte en combate, el pueblo acudió a la cita. No se trataba, como insinuaron los enemigos de siempre, de un cambio de paradigmas ideológicos: no se sustituía a Marx o a Lenin por Martí, se recordaba el origen del primer impulso, el que nos llevó hasta las puertas del anticapitalismo. Porque una Revolución es ante todo una acción ética: la justicia y el saber para todos, para que todos puedan ser libres. En los noventa, la euforia de la derecha era tanta, que algunos de sus ideólogos orgánicos se atrevieron a anunciar la muerte de Martí, al que ya sin reparos identificaban con la Revolución. Martí debía morir. Martí era el culpable de la Revolución, repetían, en palabras que recordaban las de Fidel en el juicio del Moncada.
En las últimas dos décadas el combate por el futuro de Cuba se ha librado, de manera intensa, en los predios de la memoria histórica. Toda interpretación del pasado responde a un proyecto de futuro. Y los que quieren hacer retroceder a Cuba hasta el país injusto y sometido que fue, apuestan a la desmemoria de una población que nació después o en los límites de 1959. La nostalgia inducida por una década del cincuenta que no existió como ahora nos la cuentan los enemigos del socialismo, compendio de luces, bares, fiestas, mansiones y carros del año; o la creencia de que la Revolución es aburrimiento, o sacrificio perenne, y no realización plena, se conjugan con una sutil o burda –según el lector al que se dirige–, reescritura de la historia. Batista reaparece en los textos de ciertos escribas como un demócrata que, naturalmente, tuvo defectos. Por eso resulta tan importante que recordemos hoy los móviles de aquel asalto histórico. Las generaciones más jóvenes deben saber que así sean los héroes que escojan para sí, así será el proyecto de país por el que abogan. Que recordar el asalto al cuartel Moncada, donde murieron asesinados decenas y decenas de jóvenes martianos solo tiene sentido si defendemos la Revolución que empezó a gestarse aquel día, hace 61 años; por lo logrado hasta hoy, desde luego, pero sobre todo, porque es el único escenario que nos permitiría derrotar las imperfecciones y alcanzar las metas pendientes, que nos hacen sentir hoy inconformes.

Este excelente texto lo escribió Enrique Ubieta* a solicitud de los jóvenes del periódico Adelante para esta edición del 26 de julio.

http://la-isla-desconocida.blogspot.com/2014/07/los-jovenes-martian...
http://www.adelante.cu/index.php/es/coberturas/48-26-de-julio-en-cu...
http://turquinauta.blogspot.com/2014/07/marti-en-la-gesta-del-monca...
*Periodista y escritor, director de la revista Calle del Medio. Artículo especial para Adelante.

«¿Qué es lo que tiene Fidel?»

¿Qué es lo que tiene Fidel?
http://cubasiguelamarcha.bligoo.es/que-es-lo-que-tiene-fidel
http://blogoosfero.cc/david/blog/%C2%AB%C2%BFque-es-lo-que-tiene-fidel%C2%BB
Lo intentaron asesinar en 638 oportunidades. Utilizaron todos los métodos posibles, desde lapiceras explosivas hasta morteros que iban a ser disparados en la propia Plaza de la Revolución, durante la conmemoración de un 26 de julio, en La Habana. Pero Fidel, como los gatos, siguió viviendo.
Trataron, la CIA y sus prolíficos empleados, de destruir de mil maneras la imagen, el prestigio, el respeto, la moral, y sobre todo, la ética revolucionaria de quien en muy pocos años derrocó a una de las dictadura más sanguinarias y mejor pertrechadas del continente. Pero tampoco pudieron, ya que Fidel siempre emergía intocable y más rebelde que nunca, de cada una de esas campañas.
Desesperados, apelaron a personajes siniestros como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes en su obsesión criminal no sólo gestaron decenas de atentados contra el jefe revolucionario cubano, sino que trataron de hacer todo el mal posible a la población cubana. Así, se enorgullecieron de haber volado el avión de Cubana frente a las costas de Barbados, donde murieron 73 personas. Sin embargo, a pesar de la atrocidad de sus actos, no pudieron cambiar el rumbo de la Revolución, que una y otra vez emergió triunfante.
Secuestraron al niño Elián González, y también a los 5 héroes cubanos, pero no doblegaron ni a Fidel ni a su pueblo. Al contrario, Elián volvió y hoy es un joven fidelista. Y qué decir de René y Fernando, comandantes de la solidaridad con sus otros tres hermanos en prisión.
Actualmente, cuando Cuba no sólo es admirada y defendida por los pueblos del mundo, sino que ha recuperado cada uno de los sitios del continente de donde sus enemigos intentaron  hacerla desaparecer, los enemigos del proceso revolucionario no cejan en sus malas intenciones.
Lo nuevo desde el punto de vista del odio anticubano, puede ser visibilizado en las redes sociales. Desde innumerables foros se ocupan de tergiversar las conquistas revolucionarias, desvalorizando 55 años de construcción permanente de una sociedad totalmente distinta a aquellas que están instaladas en el capitalismo consumista, anulador de los emprendimientos colectivos y desestructurador de la conciencia humanista. Pero también desde las redes, ahora que el Comandante ya no gobierna pero cada tanto regala al mundo sus reflexiones atinadas y de alto contenido estratégico, los anhelos expresados por el Pentágono se siguen traduciendo en más amenazas de muerte. Poe eso, es probable que a nadie le haya sorprendido que recientemente, cuando el mundo se conmovía por la partida de ese gran camarada de Fidel y la cultura con mayúsculas, que es Gabriel García Márquez, otra vez las redes estallaran con el repetido sonsonete: “Murió Fidel”, “La Habana está militarizada”, “de un momento a otro se dará la noticia”. Los autores de la campaña, tres gusanos de poca monta, Yusnaby Pérez, Orlando Luis Pardo Lazo y Anyer Antonio Blanco, se dedicaron a inundar el mundo de los twitters vendiendo la falsa versión, logrando ubicar la “noticia” en lo más alto de la cima virtual. Pero la realidad, no es muy afin a las computadoras y Fidel, otra vez, se salió con la suya. Desde el corazón de un pueblo que lo ama y lo admira volvió a demostrarles que no pueden con él ni con la Revolución tan empeñosamente gestada en todos estos años.
Lo volverán a intentar una y mil veces. Sin dudas que lo harán. Pero aún en la peor de las circunstancias, no saben que Fidel seguirá viviendo, y ellos, con sus anuncios necrológicos son los verdaderos cadáveres de esta historia. Sencillamente porque abrazan un sistema que como dijera Hugo Chávez, “huele a azufre”.

- La mentira tarifada. Reflexiones del Fidel.

http://cubasiguelamarcha.bligoo.es/la-mentira-tarifada-reflexiones-del-fidel
Me mueve a escribir el hecho de que muy pronto ocurrirán acontecimientos graves. No transcurren en nuestra época diez o quince años sin que nuestra especie corra peligros reales de extinción. Ni Obama ni nadie podría garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que solo la verdad nos podría ofrecer un poco más de bienestar y un soplo de esperanza. Hemos llegado en materia de conocimientos a la mayoría de edad. No tenemos derecho a engañar ni a engañarnos.
En su inmensa mayoría la opinión pública conoce bastante sobre el nuevo riesgo que está a sus puertas.
No se trata simplemente de que los cohetes cruceros apunten hacia objetivos militares de Siria, sino que ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de musulmanes, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.
Todos conocen que Bashar al Assad no era político. Estudió medicina. Se graduó en 1988 y se especializó en oftalmología. Asumió un papel político al morir su padre Hafez al Assad en el año 2000 y tras la muerte accidental de un hermano antes de asumir aquella tarea.
Todos los miembros de la OTAN, aliados incondicionales de Estados Unidos y unos pocos países petroleros aliados al imperio en aquella zona del Medio Oriente, garantizan el abastecimiento mundial de combustibles de origen vegetal, acumulados a lo largo de más de mil millones de años. La disponibilidad de energía procedente, en cambio, de la fusión nuclear de partículas de hidrógeno, tardará por lo menos 60 años. La acumulación de los gases de efecto invernadero continuará así creciendo a elevados ritmos y tras colosales inversiones en tecnologías y equipos.
Por otro lado se afirma que en el 2040, en apenas 27 años, muchas tareas que hoy realiza la policía como imponer multas y otras tareas, serían realizadas por robots. ¿Se imaginan los lectores cuán difícil será discutir con un robot capaz de hacer millones de cálculos por minuto? En realidad era algo inimaginable años atrás.
Hace apenas unas horas, el lunes 26 de agosto, despachos de agencias clásicas bien conocidas por sus servicios sofisticados a Estados Unidos, se dedicaron a difundir la noticia de que Edward Snowden se había tenido que establecer en Rusia porque Cuba había accedido a las presiones de Estados Unidos.
Ignoro si alguien en algún lugar le dijo algo o no a Snowden, porque esa no es mi tarea. Leo lo que puedo sobre noticias, opiniones y libros que se publican en el mundo. Admiro lo valiente y justo de las declaraciones de Snowden, con lo que a mi juicio prestó un servicio al mundo al revelar la política repugnantemente deshonesta del poderoso imperio que miente y engaña al mundo. Con lo que no estaría de acuerdo es que alguien, cualesquiera que fuesen sus méritos, pueda hablar en nombre de Cuba.
La mentira tarifada. ¿Quién la afirma? El diario ruso “Kommersant” ¿Qué es este libelo? Según explica la propia agencia Reuters el diario cita a fuentes próximas al Departamento de Estado norteamericano: “el motivo de ello fue que en el último minuto Cuba informó a las autoridades que impidieran que Snowden tomara el vuelo de la aerolínea Aeroflot.
“Según el rotativo, […] Snowden pasó un par de días en el consulado ruso de Hong Kong para manifestar su intención de volar a Latinoamérica vía Moscú.”
Si yo quisiera podría hablar de estos temas sobre los que conozco ampliamente.
Hoy observé con especial interés las imágenes del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su visita al buque insignia del destacamento ruso que visita a Venezuela después de su anterior escala en los puertos de La Habana y Nicaragua.
Durante la visita del Presidente venezolano a la nave me impresionaron varias imágenes gráficas. Una de ellas fue la amplitud de los movimientos de sus numerosos radares capaces de controlar las actividades operativas de la nave en cualquier situación que se presente.
Por otra parte, indagamos sobre las actividades del mercenario rotativo “Kommersant”. En su época fue uno de los más perversos medios al servicio de la extrema derecha contrarrevolucionaria, la cual disfruta que el gobierno conservador y lacayo de Londres envíe sus bombarderos a la Base Aérea en Chipre, listos para lanzar sus bombas sobre las fuerzas patrióticas de la heroica Siria, mientras en Egipto, calificado como el corazón del mundo árabe, miles de personas son asesinadas por los autores de un grosero golpe de Estado.
En esa atmósfera se preparan los medios navales y aéreos del imperio y sus aliados para iniciar un genocidio contra los pueblos árabes.
Es absolutamente claro que Estados Unidos tratará siempre de presionar a Cuba como hace con la ONU o cualquier institución pública o privada del mundo, una de las características de los gobiernos de ese país y no sería posible esperar de sus gobiernos otra cosa, pero no en balde se resisten 54 años defendiendo sin tregua —y el tiempo adicional que fuera necesario—, enfrentando el criminal bloqueo económico del poderoso imperio.
Nuestro mayor error es no haber sido capaz de aprender mucho más en mucho menos tiempo.
Fidel Castro Ruz
Agosto 27 de 2013
8 y 34 p.m.

La mentira tarifada

- Cultura de la honradez o La carga necesaria -

Cultura de la honradez o La carga necesaria.
En 1973, en su discurso del acto central con que se honraron los sucesos ocurridos en Santiago de Cuba y Bayamo el 26 de julio veinte años atrás, Fidel Castro, guía de aquellos hechos y de la Revolución desatada con ellos, exclamó antes del Patria o Muerte final: “ Desde aquí te decimos, Rubén: el 26 de Julio fue la carga que tú pedías ”. Acababa de citar el “Mensaje lírico civil” de Martínez Villena, un texto enlace de la dignidad de la poesía y la civilidad por la cual la vanguardia del pueblo cubano había combatido durante décadas, y que seguía quebrantada. Ejemplo él mismo de la lucha revolucionaria, el autor del “Mensaje” proclamó en los versos citados: “ Hace falta una carga para matar bribones,/ para acabar la obra de las revoluciones”, y tenía en mente un fin mayor: “para que la República se mantenga de sí,/ para cumplir el sueño de mármol de Martí”.
Los actos armados de 1953 fueron el brote ígneo de una nueva etapa de insurgencia para transformar una realidad nacional que negaba las aspiraciones de los fundadores de la patria. Era contraria en especial a los ideales del José Martí que había abrazado como brújula el afán de que la ley primera de la república buscada fuera “el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”, declaración en la cual el sentido del propio legado martiano autorizaría a sustituir hombre por ser humano, para conjurar la herencia patriarcal.
Sería un grueso acto de ignorancia, o de invidencia voluntaria, desconocer lo hecho por la Revolución Cubana para abonar la aspiración rectora que Martí legó a nuestra Constitución vigente y, aún más, a la necesaria cultura de funcionamiento social afincada en la ética como baluarte de la civilidad y la ley. Y sería un suicidio nacional menospreciar esos valores porque hayamos satanizado el concepto de república al identificar estrechamente con él a la Cuba que existió de 1902 a 1958, cuyas calamidades tampoco autorizan a subvalorar los ímpetus revolucionarios vividos en esa etapa. Entre ellos se ubican los que desde 1953 protagonizó la vanguardia de la generación del centenario martiano.
Soslayar la importancia de la ética y de la civilidad republicana nos haría cómplices de una realidad ante la cual el propio guía histórico de la Revolución expresó el 17 de noviembre de 2005: “ Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra ”. Puso por encima de la hostilidad que “ellos”, los enemigos, han lanzado contra la Revolución desde el exterior, los males que pueden minarla desde dentro, y ninguno es más letal que la corrupción, crecida en el desorden y la indisciplina.
Tampoco puede Cuba permitirse autocomplacencia alguna por el hecho de que los índices de la corrupción que hay en ella puedan ser o parecer irrisorios comparados con la que prima en otros lares del mundo. Para ella cualquier grado de corrupción es grave, porque resulta medularmente incompatible con el proyecto de justicia social con que está responsabilizada como aspiración.
No es casual que el discurso pronunciado por Fidel Castro en noviembre de 2005, lo recordara de manera explícita y perentoria el general de ejército Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular el 7 de julio de 2013. A despecho de normas de silencio que pudieran estimarse buenas, no se detuvo por previsibles usos que haría de sus palabras “la gran prensa internacional, especializada en denigrar a Cuba y someterla a un frenético escrutinio”, con campañas que no se detendrán por muy prudente que sea la prensa revolucionaria, cuya “discreción” puede equivaler al incumplimiento de su tarea.
Sin ignorar riesgos, el dirigente puntualizó que seguía una razón fundamental: “no debemos restringirnos” cuando es necesario “debatir con toda crudeza la realidad, si lo que nos motiva es el más firme propósito de rebasar el ambiente de indisciplina que se ha arraigado en nuestra sociedad y ocasiona daños morales y materiales nada despreciables”. Y añadió: “Hemos percibido con dolor, a lo largo de los más de veinte años de período especial, el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”.
En ese punto citó el discurso de Fidel de 2005 y enumeró problemas cuya erradicación urge, empezando por el hecho de que “una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado”. Sería útil saber qué porciento de la sociedad integra la parte que considera normal hurtarle al Estado, como se denomina comúnmente el saqueo de la propiedad social, con la que, para cuidarla y administrarla, están responsabilizados los organismos estatales, y el Estado mismo, que no es propietario. Quizás la connivencia se haya generalizado en el cuerpo social por los caminos de la llamada pequeña corrupción cotidiana.
Por esos vericuetos se entroniza una cultura de la tolerancia y la complicidad opuesta desde la raíz a la cultura de la honradez, necesaria para que la propiedad social funcione como es debido y los valores justicieros ocupen el lugar y desempeñen el papel activo que les corresponden. No cabe responsabilizar por completo del mal a las penurias que el pueblo viene sufriendo como consecuencia del encarnizado bloqueo imperialista, en primer lugar, y, también, del insuficiente trabajo y la ineficiencia en la administración de los recursos. Ver como causa única las penurias aludidas sería desentenderse de un hecho que debe hacernos reflexionar, no solo para conocerlo, sino para actuar mejor: no será exagerado ni irresponsable afirmar que en Cuba parece haberse perdido aquella cultura de la decencia popular que hacía a los humildes decir de sí mismos con orgullo: “pobres, pero honrados”.
Quien no olvide que el lenguaje es la expresión material del pensamiento, dará justa importancia a un hecho en el cual no será impertinente insistir: las palabras decencia y decente se perciben en retirada, si no olvidadas ya, mientras que, en la otra cara de la moneda, robar se suplanta porlucharresolver y otros eufemismos. Las calamidades no se dan solas, aisladas: minan a la sociedad en su conjunto, y así la prostitución —que en sus versiones actuales quizás tenga más bases en el quebranto de la familia y en el desorden social desde edades tempranas que en la precariedad económica— ha dado lugar a términos como jinetera y jineterismo, y dejemos el punto ahí para olvidar que alguna vez a las jineteras hubo quienes las llamaron mambisas, por su condición de “luchadoras”.
Claro, es “moralmente” más cómodo comprar artículos diversos —alimentos, piezas de repuesto, ropa, calzado, cosméticos…—, y dialogar con esas personas si las llamamos luchadores y jineteras que si les decimos ladrones y prostitutas. Pero no es cuestión de vocablos, sino de normas de comportamiento y convivencia, y resulta imprescindible conocer las raíces, para tratar de limpiar de esas yerbas el país.
Probablemente parte de esas raíces se hundan en el llamado igualitarismo, no visto como aspiración que no se ha alcanzado plenamente ni en los socializados servicios funerarios, sino como fruto de prácticas y nociones que han llevado a confundir al pueblo con el lumpen. En su discurso citado, Raúl Castro señaló: “Conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad”.
Conceptos como centro y marginalidad son dinámicos, y sus connotaciones se mueven. En estas líneas no se pretende analizar a fondo el hecho de que, si uno sale por sus medios, como un paisano más, y recorre las calles de una ciudad como La Habana a pie o haciendo uso del transporte público, puede percatarse de que, a menudo, en el centro activo se ve a la chusma, y, como arrinconadas, a las personas decentes. Y un aliado natural de esa chusma son los delincuentes de cuello blanco que hasta la usan como intermediaria en el trasiego comercial —clandestino, se dice, pero con alta eficiencia— de artículos sustraídos de almacenes cuya administración se les ha confiado a ellos, o a ellas.
La chabacanería es ostentosa; pero cabe conjeturar que el núcleo duro del desorden se hallará en el manejo turbio de la propiedad social. Y quizás ese nocivo torcimiento se afinque, mucho más que en el mal entendido igualitarismo, en la vulneración de la igualdad, de la honradez con que debe ejercer su papel quien administre no un emporio privado —cuyos dueños harán todo lo posible y lo imposible para que no les roben—, sino quienes asuman la tarea de administrar, en representación del Estado, bienes públicos.
Por eso hay razones más que suficientes para alarmarse ante alguna tendencia que asoma a pedir piedad, o falta de vigilancia, para funcionarios públicos que “luchan”. En apoyo de esa tendencia se dice que nadie quiere dirigir, y que no está bien que la población ponga ojos vigilantes, de antemano, sobre quienes acepten hacerlo. Muchos no querrán ocupar cargos de dirección, pero no faltarán, ni escasearán, quienes compitan con el macao para mantenerse en su concha. Si lo hacen para defender causas justas, merecen ser felicitados; pero si los guía el propósito de mantener ventajas materiales no siempre bien habidas, toda vigilancia será poca. Nadie tiene derechos especiales sobre los bienes de la patria, que van desde el pago del transporte hasta las mayores empresas, y pasan por la información.
Difícilmente lo que le haya hecho mal al país sea el exceso de control eficaz. Lo más probable es lo contrario, y no será la fiscalización la fuente de daños que lamentar. Arduo será probar que se equivoca quien sostenga que el origen mayor de calamidades no está en descubrir deformaciones, sino en que estas se den y, al darse, muestren cómo personas llamadas a representar el orden y la honradez acumulan beneficios inmorales, nómbrese como se nombre la causa legal que se les siga cuando se descubren sus manejos. El intento de desterrar el igualitarismo mal asumido no debe conducirnos a olvidar que quien, en Cuba, acepte dirigir o administrar recursos de propiedad social, no debe aspirar a las ventajas materiales que logra un negociante exitoso en un país capitalista.
La brújula no debe descuidarse, sino todo lo contrario, porque la realidad se haga más compleja en la medida en que las formas de propiedad se diversifiquen y se interconecten. En ese entorno serán mayores los peligros; pero únicamente la legalidad, establecida claramente y aplicada con el debido rigor a partir de la Constitución, y una conciencia ciudadana cultivada con esmero, podrán poner freno a irregularidades y delitos que hacen peligrar no solo a la economía de la nación, sino a la propia sobrevivencia de esta frente a los desafíos que la asedian por fuera y por dentro. Si se da alguna contradicción entre la ética y la ley, habrá que revisar y replantearse la segunda.
En los rejuegos terminológicos promovidos por adalides de la desideologización, no es imposible oír que se desapruebe, como supuesta maniobra deslegitimadora, la aplicación del calificativo de bandidos con que se bautizó a los alzados contrarrevolucionarios que intentaron derrocar a la Revolución armados por el imperio. De hecho eran bandidos: integraban bandas. Pero está sobre el tapete algo más que un aséptico deslinde etimológico. Se trata de saber quiénes son los enemigos del pueblo.
Si aquellos bandidos sobresalieron entonces entre los enemigos de la Revolución, popular desde sus cimientos, hoy la ponen en peligro —con mayores posibilidades de éxito quizás, puesto que no forman bandas aisladas y pueden confundirse, o se confunden, con el resto de la sociedad— los que medran con la corrupción y propician que esta se generalice. Hay que afinar la puntería en cuanta medida se aplique para no darles cuartel. Urge impedir que las normas, lejos de poner coto a los delincuentes —dicho sea en el sentido más etimológico de la palabra, aplicable a quien viola la ley—, genere más restricciones que, en vez de favorecer la productividad, ofrezcan asideros y trillos para las infracciones y, por tanto, para la corrupción, con la cual colaboran los burócratas de la inercia y las trabas.
No hay mecanismo infalible, pero cada ley, cada control, cada declaración jurada de contribuyente o funcionario, cuanto se haga en ese terreno, debe combinar prevención y pulso educativo, y la represión que sea justo y menester aplicar. Sigue siendo necesaria una carga contra los bribones, para perfeccionar la obra de la Revolución que barrió “la costra tenaz del coloniaje”, y para que no se vuelvan inútiles “en humillante suerte,/ el esfuerzo y el hambre y la herida y la muerte”. Continúa en pie el reclamo de una meta mayor: “para que la República se mantenga de sí,/ para cumplir el sueño de mármol de Martí”. Solo así se le rendirá a Rubén Martínez Villena el mejor tributo a su memoria.
Cubarte

- ¿Veinte años no es nada?

¿Veinte años no es nada?

1406823077450-fidel_y_ch_vez.jpg
Cuando en 1994 un Hugo Chávez recién salido de la cárcel visitó Cuba invitado por Fidel ni los analistas de los medios de comunicación internacionales ni los gobernantes de Estados Unidos y Europa informados por sus embajadas en La Habana, entretenidos contando los minutos de sobrevida a la Revolución cubana, pudieron comprender lo que sucedía.
El mismo Chávez relató su sorpresa al arribar a Cuba entre los viajeros de un vuelo comercial y encontrarse a Fidel esperándolo en la pista del aeropuerto de La Habana.
Quien cambiaría el destino de su pueblo y de muchos otros habló entonces, atentamente escuchado por Fidel,  en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Chávez disertó sobre la actualidad de Bolívar, del futuro de América Latina y de su integración como único destino viable. El venezolano presentó allí “un proyecto estratégico de largo plazo, en el cual los cubanos tienen y tendrían mucho que aportar, mucho con discutir con nosotros, es un proyecto de un horizonte de 20 a 40 años, un modelo económico soberano, no queremos seguir siendo una economía colonial, un modelo económico complementario”.
Pero para los medios el proyecto de Chávez era un discurso viejo, superado por la historia, que sólo tenía sentido para el líder cubano, anclado -según ellos- en el pasado.
Veinte años después, buena parte de la historia presente y futura de América Latina tiene que ver con Chávez,  y en un escenario político, económico y cultural absolutamente nuevo en la región los medios de comunicación  siguen sin comprender nada.
Hace pocos días concluyó la cumbre de los BRICS en la ciudad brasileña de Fortaleza. BRICS quiere decir Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, o sea la mitad de la población del planeta.
Lamentando la ausencia de una mirada de los medios a lo esencial de lo que allí ocurrió – “Pensaba que en los días subsiguientes habría un poco más de análisis serio sobre la importancia de la Cumbre de los BRICS“, escribió- Fidel reseñó los resultados de la reunión en Fortaleza:
“Los BRICS proponen  una mayor coordinación macroeconómica entre las principales economías, en particular en el G-20, como un factor fundamental para el fortalecimiento de las perspectivas de una recuperación efectiva y sostenible en todo el mundo.
“Anunciaron la firma del Acuerdo constitutivo del Nuevo Banco de Desarrollo, con el fin de movilizar recursos para proyectos de infraestructura y de desarrollo sostenible de los países BRICS y otras economías emergentes y en desarrollo.
“El Banco tendrá un capital inicial autorizado de 100 mil millones de dólares. El capital inicial suscrito será de 50 mil millones de dólares, a partes iguales entre los miembros fundadores. El primer presidente de la Junta de Go­ber­nadores será de Rusia. El primer presidente del Consejo de Administración será de Brasil. El primer Presidente del Banco será de la India. La sede del Banco será en Shanghai.
“Anunciaron también la firma de un Tratado para el establecimiento de un Fondo Común de Reservas de Divisas para situaciones de contingencia, con un tamaño inicial de 100 mil millones de dólares.
“Reafirma el apoyo a un sistema multilateral de comercio abierto, transparente, inclusivo y no discriminatorio; así como a la conclusión exitosa de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
“Reconocen el importante papel que las empresas estatales desempeñan en la economía; así como el de las pequeñas y medianas empresas como creadores de empleo y riqueza.
“Reafirman la necesidad de una reforma integral de las Naciones Unidas, incluido su Consejo de Seguridad, con el fin de hacerlo más representativo, eficaz y eficiente, de manera que pueda responder adecuadamente a los desa­fíos globales.
“Reiteraron su condena del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, dondequiera que ocurra; y expresaron preocupación por la continua amenaza del terrorismo y el extremismo en Siria, a la vez que llamaron a todas las partes sirias a que se comprometan a poner fin a los actos terroristas perpetrados por Al-Qaeda, sus afiliados y otras organizaciones terroristas.
“Condenaron enérgicamente el uso de armas químicas en cualquier circunstancia; y dieron la bienvenida a la decisión de la República Árabe Siria de adherirse a la Convención sobre Armas Químicas.
“Reafirmaron el compromiso de contribuir a una justa y duradera solución global del conflicto árabe-israelí sobre la base del marco legal internacional universalmente reconocido, incluyendo las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, los Principios de Madrid y la Iniciativa de Paz Árabe; y expresaron apoyo a la convocatoria, en la fecha más temprana posible, de la Conferencia sobre el establecimiento de una zona de Oriente Medio libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva.
“Reafirmaron la voluntad de que la exploración y utilización del espacio ultraterrestre deberán ser para fines pacíficos.
“Reiteraron que no hay alternativa a una solución negociada a la cuestión nuclear iraní, y reafirmaron apoyo a su solución a través de medios políticos y diplomáticos.
“Expresaron preocupación por la si­tua­ción en Irak y apoyaron al gobierno iraquí en sus esfuerzos por superar la crisis, defender la soberanía nacional y la integridad territorial.
“Expresaron preocupación por la si­tuación en Ucrania e hicieron un llamamiento para un diálogo amplio, la disminución del conflicto y la moderación de todos los actores involucrados, con el fin de encontrar una solución política pacífica.
“Reiteraron la firme condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. Señalaron que las Naciones Unidas tienen un papel central en la coordinación de la acción internacional contra el terrorismo, que debe llevarse a cabo de conformidad con el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, y con respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.
“Reconocieron que el cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad, e hicieron un llamamiento a todos los países a construir sobre las decisiones adoptadas en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con miras a llegar a una conclusión exitosa para el año 2015, de las negociaciones en el desarrollo de un protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal bajo la Convención es aplicable a todas las Partes, de conformidad con los principios y disposiciones de la CMNUCC, en particular el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades.
“Expresaron la importancia estratégica de la educación para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico inclusivo; así como destacaron el vínculo entre la cultura y el desarrollo sostenible.”
Casi nada, sólo una visión del mundo diametralmente opuesta a la que los grandes medios de comunicación, siempre coincidentes en los temas esenciales con los gobiernos de EE.UU. y Europa, suelen transmitir.
Por el contrario, alrededor de la reunión de los BRICS los medios de comunicación inventaron un relanzamiento de la Guerra Fría, reabrieron una base de espionaje rusa en Cuba, que el propio presidente Vladimir Putin desmintió en Brasil, y leyeron los encuentros de los líderes de Rusia y China con Fidel como una escena de Café Nostalgia.
El líder histórico de la Revolución cubana vio las giras de los presidentes de Rusia y China por América Latina en ocasión de la Cumbre de los BRICS como “una de las proezas más grandes de la historia humana” y calificó “el aporte que Rusia y China pueden hacer en la ciencia, la tecnología y el desarrollo económico de Suramérica y el Caribe” como “decisivo”.
Para el discurso dominante, Fidel y los que compartan su visión son conservadores. Lo novedoso, que va a cambiar a este país y tal vez al mundo, estaría en la visita a Cuba de los directivos de Google en un jet ejecutivo, y su reunión con una asalariada de Washington para traernos la libertad y el progreso tal y como se entiende en la Casa Blanca,  no en los BRICS.
Como sucedió en 1994 con la visita de Chávez a La Habana es posible que algo nuevo y trascendental esté naciendo. Pero los medios, por supuesto, le harán caso a cualquier cosa menos a lo que el hombre que supo adelantarse y ver hace veinte años en el modesto viajero llegado a Cuba en un vuelo comercial el germen de una América nueva, les dice. (Publicado en CubAhora)
==================================
       
  • Hugo Rafael Chávez Frías : (Sabaneta, 28 de julio de 1954 - Caracas, 5 de marzo de 2013). Militar y político venezolano. Presidente de la República Bolivariana de Venezuela desde 1999 hasta su fallecimiento. Sus ideas y pensamientos socialistas y de carácter integracionista heredadas del pensamiento de Simón Bolívar y Francisco de Miranda lo convirtieron en el líder indiscutible de la Revolución Bolivariana.
  • BRICS: Se refiere conjuntamente a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estas naciones tienen en común una gran población y un enorme territorio, lo que les proporciona dimensiones estratégicas continentales y una gigantesca cantidad de recursos naturales, además un alto crecimiento de su PIB, haciéndolos atractivos como destino de inversiones.
  • En América Latina existen otros mecanismos de integración, como la CELAC, el MERCOSUR y la UNASUR.