Desde hace bastante tiempo, desde Estados Unidos hay quienes sueñan a diario en cómo lograr dividir al pueblo cubano, con el objetivo de destruir a la Revolución. Unos de esos sueños es crear la falsa percepción de en Cuba hay un racismo atroz.
Al parecer los yanquis tienen mala memoria y pretenden introducir su historia tergiversada y mal intencionada entre los cubanos.
Son muchos los norteamericanos autores de artículos, y ciertos cubanos naturalizados, que tratan cotidianamente este tema, amplificando situaciones e inventando otras, soslayando el verdadero sistema racista que impera en los Estados Unidos.
¿Quiénes apoyaron hasta el final al régimen surafricano del apartheid? El gobierno norteamericano.
¿Quién creó y alimentó el tenebroso Ku Klux Klan que asesinó a cientos de negros impunemente? El gobierno norteamericano.
¿Quién inventó las prohibiciones para que ciudadanos norteamericanos negros no pudieran ingresar en sus instituciones culturales, oficiales y estudiantes? El gobierno norteamericano.
¿Quién asesinó a Martín Luther King para eliminar al líder negro que más arrastre popular tenía en Estados Unidos? El gobierno norteamericano.
¿Quién apoya y respalda los asesinatos cometidos por miembros de la policía estadounidense contra negros inocentes? El gobierno norteamericano.
¿Por qué Estados Unidos pretende inculcar el odio entre las razas actualmente en Cuba? Muy sencillo, sueñan con ver las calles y plazas cubanas llenas de negros y mulatos protestando contra el gobierno revolucionario.
Todo comenzó cuando el presidente Ronald Reagan y sus asesores iniciaron los planes para derrumbar el socialismo en el mundo, hasta ese momento no se hablaba de racismo en Cuba.
Fue la Revolución cubana de 1959 la que les dio la igualdad a todos los ciudadanos, eliminó las prohibiciones existentes hasta esa fecha de que negros y mulatos pudieran ingresar en puestos laborales de la empresa telefónica, eléctrica, el sistema bancario, los principales centros comerciales, hoteles de lujo, todas las escuelas del país y en restaurantes y cafeterías.
El gobierno revolucionario eliminó las playas privadas, posibilitándoles a todos los ciudadanos negros, mulatos y blancos, bañarse donde quisieran, algo imposible antes del 1ro de enero del 59.
Lo mismo hizo con el deporte y la cultura, ahora colmada de negros y mulatos como jamás se vio en toda la seudo república.
Ya no hay necesidad de tener asociaciones culturales de negros y otras para los mulatos, todos tienen los mismos derechos de los blancos.
Las escuelas de arte no son privativas de los blancos; ya los negros no tienen que montarse en un ómnibus o entrar subrepticiamente en un bar para tocar su música.
No obstante, persisten rezagos de 500 años que no se borran por disposiciones legales, los perjurios aún quedan a pesar de todo el esfuerzo. Pero nada tiene que ver con el panorama que pretenden pintar desde Estados Unidos.
Es falso que las reformas lanzadas por la Revolución para modernizar la economía, hayan tenido un efecto colateral que aumentó la división racial en la Isla. Es precisamente la estrategia yanqui la que quiere que así se vea.
Ya George W. Bush lo había concebido en su famoso Plan de Transición para Cuba, como vieja fórmula para derrocar el socialismo, signándole a los negros la suma de 4 millones de dólares para “organizarlos”.
Como un fetiche, desde Miami intentan hacernos creer que solo los blancos han podido abrir negocios particulares y beneficiarse económicamente.
En la Cuba de hoy el dinero entra en los bolsillos de múltiples formas. Un albañil, carpintero, plomero, chapista o mecánico automotriz gana muchísimo más que cualquier dueño de cafetería o restaurante y la mayoría de ellos son negros o mulatos, los que pueden darse el lujo de sentarse en esas mismas cafeterías a tomar cervezas y cenar con pesos convertibles.
Los vendedores en los agros mercados que cobran en exceso por sus productos, exhiben rollos de dinero en sus bolsillos como ninguna profesión en el país y entre ellos prevalece el color oscuro de la piel.
Es evidente que esa parte no la quieren ver los “académicos” del Havana Consulting Group, con sede en Miami y aquellos que en la isla se dejan arrastrar por su propaganda ponzoñosa.
Para suerte de todos los cubanos, la Revolución cubana echó por tierra ese racismo inhumano que introdujo la España esclavista y mantuvo el yanqui invasor. Elevó como nunca antes al ser humano por sus valores y no por el color de su piel, e hizo firme lo que afirmó José Martí:
“El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos”
“Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. Cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro”.
Esto es precisamente lo que los yanquis no aceptan ni perdonan, por eso intentan desesperadamente desmontar el socialismo en Cuba.
Arthur González
Tomado del Blog El Heraldo Cubano
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