Exdiplomático de EE.UU.: “Humillar a Rusia es situarse al borde de una guerra nuclear”
Los neoconservadores y los halcones liberales en Washington están escalando las tensiones en torno a Ucrania con el fin de humillar y desestabilizar a Moscú; pero no hay que olvidar que Rusia es un país nuclear, advierte en un artículo el historiador y veterano del servicio diplomático estadounidense William R. Polk.
Actualmente EE.UU. necesita algún político tan prominente como John F. Kennedy para bajar el humo, como sucedió durante la crisis de los misiles en Cuba, sugiere el texto publicado por el sitio web de periodismo de investigación independiente Consortiumnews. Mientras tanto, dice el autor, “las decisiones sobre las armas nucleares son y seguirán siendo la parte más importante de nuestra búsqueda de la seguridad mundial, ya que cualquier pequeño error o acción equivocada podría tener consecuencias desastrosas”.
Polk destaca cuatro riesgos provocados por el tenso ambiente entre las potencias nucleares.
Primeramente, recuerda que siempre puede ocurrir un fallo técnico, como cuando el mando militar estadounidense confundió una bandada de gansos que volaba sobre Islandia con una escuadrilla de aviones soviéticos y declaró la alerta roja.
En segundo lugar, cree que la doctrina de la destrucción mutua asegurada puede funcionar mal en un mundo inestable. El peligro puede provenir de países que no tienen recursos suficientes para controlar y mantener sus arsenales nucleares, como Pakistán. Además, se pregunta Polk, “tiene Pakistán un dirigente civil capaz de desempeñar el papel de JFK?”.
Como tercer riesgo, menciona que los ejercicios de mando practicados en el Pentágono demostraron que existen circunstancias en que “incluso funcionarios prudentes, bien informados e inteligentes” tomaron decisiones que en condiciones reales hubieran desencadenado una guerra general.
En cuarto lugar, sigue Polk, los responsables de la toma de decisiones importantes son personas humanas y, como tales, son vulnerables. El propio autor recuerda el estrés que se vivió durante la crisis de los misiles y la gravedad de las consecuencias de tomar decisiones en condiciones de estrés.
“Estamos retrocediendo hacia una confrontación con Rusia a causa de Ucrania”, admite el veterano de la diplomacia. “Y, aunque Rusia no es tan formidable como nos parecía hace una generación, todavía tiene un arsenal nuclear tan grande y tan desplegable como el nuestro”. De todo ello saca la conclusión de que la OTAN, conducida por EE.UU., “se está moviendo hacia áreas de gran sensibilidad”.
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