Cuba-“disidentes”:Su gradual apagón
Impresentables alianzas mercenarios-financistas
Los llamados disidentes cubanos no ocultan su relación con connotados terroristas residentes en Miami. En la foto (al centro) el mercenario Guillermo Fariñas junto a Luis Posada Carriles ( a la derecha) definido por documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos como probable autor de la explosión de un avión de cubana de aviación en pleno vuelo en 1976, hecho en el que murieron 73 personas.
Se trata esencialmente de anexionistas que, en última instancia, solo constituyen un cuerpo extraño en el seno de la sociedad cubana.
Escrito por Nicanor León Cotayo / Un columnista del Nuevo Herald, Daniel Morcate, reiteró su llanto por el generalizado desprecio que estos inspiran.
Lo hizo este jueves bajo el titulo: “Voces de nuestra conciencia”, en el que menciona su ausencia del actual proceso negociador cubano-estadounidense.
Según escribió Morcate, Obama cometió un error histórico al excluir a la “oposición interna” del diálogo sobre las relaciones y el futuro de Cuba.
De manera contradictoria dice que, como ya tocó esa tecla, no se repetirá, pero lo hace.
Explica que, aún mejor, lo abordó su amigo y conocido hombre de los servicios especiales de Estados Unidos, Carlos Alberto Montaner.
Aclara que esta vez hablaría sobre la repercusión de lo sucedido para la “disidencia”.
En primer lugar, apunta Morcate, deberán intensificar sus esfuerzos para tratar de insertarse en el diálogo.
De acuerdo a su punto de vista, el papel de estos como facilitadores del cambio democrático no permite que sigan excluidos.
Aunque, opina, lo más probable es que, luego de que hayan cumplido ese papel esencial, sus compatriotas se lo paguen con “ingratitud y rencor”.
Los opositores internos, añade, son lo más parecido a hombres y mujeres libres que hay en la isla.
Con su actitud diaria le muestran a la mayoría de los cubanos cuál es el camino hacia la libertad, escribió.
Sin embargo, para que eso ocurra, es indispensable que se incorporen a los procesos políticos en los que se planifica el futuro de la isla.
¿Pero cómo hacerlo cuando se les margina a propósito de tales pasos, como han hecho los gobiernos de La Habana y Washington en sus conversaciones oficiales?
De esta manera Daniel Morcate acusa implícitamente a Estados Unidos de entorpecer lo que ellos denominan el camino hacia la libertad en Cuba.
Según reveló, algunos opositores aceptaron reunirse con funcionarios estadounidenses que les prodigan disculpas y promesas de “no olvidar a la “disidencia”.
He ahí su confeso Talón de Aquiles.
Se trata esencialmente de anexionistas que, en última instancia, solo constituyen un cuerpo extraño en el seno de la sociedad cubana.
Algunos ejemplos, entre múltiples, así lo corroboran.
El sitio Global Research publicó un artículo bajo el titulo: “Financiamiento de los disidentes cubanos por Estados Unidos”.
Circuló profusamente el 16 de abril de 2010 y su autor fue Salim Lamrani.
Este último comenzó citando la entrevista que hizo a Wayne Smith, ex embajador de la Casa Blanca en Cuba.
Declaró que era ilegal e imprudente –como hace Washington- mandar dinero a los “disidentes”.
Agregó que por un lado Estados Unidos declara su intención de derrocar al gobierno cubano y por otro que una de las vías para lograrlo es proporcionar recursos a los disidentes.
Smith razona, esto les sitúa de facto como “agentes pagados de una potencia extranjera” que intenta derrocar a su propio gobierno”.
Con el ex embajador estadounidense discrepó una empleada de su maquinaria mediática: Yoani Sánchez.
¿Qué dijo ella? Creo que se ha presentado el financiamiento de la oposición por Estados Unidos como una realidad, “lo que no es el caso”.
Unos ocho meses después, el 22 de diciembre, “Rebelión” comentó en Madrid:
Desde hace medio siglo la política exterior de Washington hacia La Habana, cuyo objetivo es “conseguir un cambio de régimen”, se basa en dos pilares fundamentales.
El primero, la imposición de sanciones económicas drásticas que afecten a toda la sociedad cubana, y el segundo organizar y financiar una oposición interna.
Hace algo más de tres meses, el 15 de febrero, la publicación Havana Times desplegó el siguiente titulo: Fondos para promover la Democracia en Cuba. Lista de beneficiarios.
Lo insertaron bajo la firma de Tracey Eaton, explicando que la Fundación Nacional para la Democracia es un importante receptor del gobierno estadounidense.
La citada Fundación radica en Washington y utiliza parte de ese dinero en la realización de programas “sobre la democracia en Cuba”.
Paralelamente, Havana Times nombró las cinco organizaciones, grupos o empresas que más fondos recibieron:
Cuban Democratic Directorate; Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba; Asociación Diario de Cuba; Cubanet News, y People in Need.
Unos dos meses más tarde, Progreso Semanal reveló en Miami que desde 1996 fueron invertidos unos mil millones de dólares en maquinaciones sobre la democracia en Cuba.
¿A quiénes, entre otros, involucró en tal orgía propagandística?
El Departamento de Estado, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia.
Asimismo, la Junta de Gobernadores de Radiodifusión, que supervisa Radio y TV Martí.
Entonces resulta comprensible que Cuba y Estados Unidos no hayan incluido en su proceso de gradual acercamiento a quienes le hubiesen restado seriedad.
Entonces resulta comprensible que Cuba y Estados Unidos no hayan incluido en su proceso de gradual acercamiento a quienes le hubiesen restado seriedad.
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