Revelan nuevas irregularidades en programas de la USAID contra Cuba
Por Néstor García Iturbe* / Como un problema normal de procedimiento, se orientó a que el grupo de Washington, DC del Departamento de Administración y Presupuesto examinara los gastos del Programa Cuba desde el primero de marzo del 2009 hasta el 31 de marzo del 2010, Los gastos auditados ascendieron a la cantidad de 1,765,495 dólares. En términos generales se encontró que el 11 por ciento de los gastos reportados eran inelegibles o no tenían los comprobantes requeridos.
Algunas de las irregularidades encontradas por la auditoría realizada incluyen que uno de los contratistas, International Relief & Development, que desarrolla un programa titulado “Acelerando en Cuba la transición hacia la democracia”, durante los años 2009 y 2010, presentó gastos cuestionables por una cantidad de 193,115 dólares. Gastos cuestionables son aquellos que no tiene relación directa con el trabajo que se está realizando, o que evidentemente corresponden a gastos particulares de las personas, que debían sufragar con su propio dinero, o que están prohibido realizar.
Se encontró en la auditoría, que una cantidad considerable de vales de alimentación, estaban redactados de forma tal que era imposible determinar cuánto se había gastado en alimento y cuanto en bebidas alcohólicas, lo cual viola lo establecido en el Apéndice B,3 de la instrucción 2 CFR 230, que prohíbe el pago de ese tipo de bebidas contra el presupuesto de la Agencia.
Se encontró que en algunos meses se había pagado el salario a personas de las que no constaba documento alguno que hubieran trabajado, tal y como establecen los procedimientos correspondientes.
Las asignaciones para gastos diarios, durante la realización de viajes, se han pagado incorrectamente, pues se entregó el dinero diario total, cuando de acuerdo con lo estipulado por la USAID, debe entregarse solamente e el 75 por ciento. Esto implicó gasto excesivo de dinero, no autorizado ni justificado.
No se verificaron apropiadamente que los contratos realizados por la International Relief & Development, fueran cumplimentados acorde a lo contratado con la USAID, lo que trajo como consecuencia que muchos de ellos no se cumplirán en su totalidad, aunque se pagaron como si se hubieran cumplido totalmente. Algunos contratos no contaban con los requisitos necesarios para considerar tuvieran fuerza legal, ni se ajustaban a las regulaciones establecidas por la USAID para este tipo de contrato.
Otro de los problemas detectados fue el relacionado con el envío de dinero a Cuba, donde el contratista no había establecido regulaciones en relación con dichos envíos, incluyendo la autorización correspondiente para hacerlo, por lo que estos se habían realizado acorde a un criterio que no correspondía a una regulación establecida.
No se pudo obtener la contabilización de los gastos realizados, así como los justificantes de la mayoría de los mismos.
El negocio de la International Relief & Development relacionado con el programa denominado “Acelerando en Cuba la transición hacia la democracia”, ha sido realmente productivo, no por los resultados obtenidos, sino por el dinero que ha pagado a la empresa el gobierno de Estados Unidos.
De acuerdo con lo publicado, del año 2009 al 2013 dicha empresa, por todos los contratos en los que ha trabajado para el gobierno estadounidense recibió por sus servicios la cantidad de 2,232,909,062 dólares. De ese dinero, el relacionado con sus contraltos para trabajar contra Cuba, desde el año 2011 al2014 ascendió a 3,5 millones de dólares.
En el año 2013, el Presidente de la empresa, Arthur B. Keys, Jr. recibió de la misma 676,916 dólares. Su esposa, Jasna Basarick-Keys, Jefe de Operaciones de la empres, recibió 363.255 dólares. Uno de sus parientes, Mladen Basarick, Director de Tecnología, tuvo un salario de 193,121 dólares. Un familiar del presidente, Natasa Rukaa recibió por salario y otros beneficios 88,009 dólares.
De todo esto se desprende que la familia Keys está muy contenta con los negocios que la empresa está realizando con el gobierno. Habría que preguntar a los contribuyentes estadounidenses si ellos también están contentos.
(*) Doctor en Ciencias Históricas. Profesor e Investigador Titular. Especialista en las relaciones Cuba-Estados Unidos.
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