Cuba-EE.UU.: ¿arma de doble filo?
Por Carlos Santa María / Analista internacional
El análisis debe comenzar estableciendo los móviles de cada gobierno para aceptar este acuerdo que restablecerá las relaciones y permitirá un contacto más cercano entre ambos pueblos, tal como se ha planteado.
Para la Casa Blanca, existen dos factores, entre otros, muy importantes: las elecciones presidenciales y la estrategia de geopoder. El primero ha significado la opción de intentar sostener a los sectores demócratas junto con un voto de opinión que desea al país sin confrontación y con seguridad, insistiendo en lo social, de allí que este hecho cimenta la idea de una autoridad fuerte aunque diplomática; lo segundo, está relacionado con el rol de excepcionalidad en el cual tanto ha insistido Barack Obama, según el cual son una nación escogida y, por tanto, deben hacer prevalecer su modo de vida y democracia como genuina, extraordinaria.
De allí que el regreso a casa mencionado por John Kerry, el Secretario de Estado, es importante pues se estima que la nación caribeña vuelve a hacer parte de su espacio territorial, eso sí, como vecino pequeño al cual se dará castigos o premios dependiendo de su comportamiento, es decir, en la medida que inicie la "democratización" de la isla. De igual modo, el objetivo continúa siendo la infiltración para conseguir la desestabilización, lo cual ha sido dicho con claridad: no se dejará de apoyar a los sectores "independientes", a la oposición, a los grupos de derechos humanos y a todo aquel que quiera el bienestar "americano".
Por su parte, Cuba ha aceptado esta "normalización" relativa en tanto el bloqueo impuesto por Estados Unidos ha causado un deterioro inmenso de la población y mantiene las condiciones económicas específicas como una guadaña tajante, lo cual podría en determinado nivel superar dicha situación. Naturalmente su objetivo soberano no ha sido cambiado ni transado ya que es una comunicación entre dos gobiernos que conocen las historias de cada uno y se sabe hacia donde conduce.
Sin embargo, no se debe desconocer que este proceso puede llevar a la cooperación marítima, migración, relaciones económicas, medioambientales y de salud pública, además de evidenciar actualmente un aumento de visitas mutuas, el incremento del turismo estadounidense en Cuba que ha crecido un 36% durante los primeros cinco meses del 2015, el establecimiento de facilidades para giros, aunado a la importante decisión de la Casa Blanca de retirar a Cuba de sus listados donde figuraba como país patrocinador del terrorismo y tráfico de personas.
Consideraciones analíticas
Lo anterior guía a varias consideraciones sobre lo que ocurrirá desde ahora, lo que no obsta para decir que proviene de una historia que no se ha detenido.
1. La Casa Blanca no ha renunciado a poseer Cuba, pese a la retórica empleada, por tanto, su objetivo continuará indeclinablemente.
Lo anterior significa que la estrategia de desestabilización persiste en todos sus frentes, aunque en este momento mucho más sutil, pues la primera fase es ganar la confianza del enemigo para luego ir asestando los golpes en la medida que se pueda realizar. La idea es no provocar conflicto.
Lo anterior significa que la estrategia de desestabilización persiste en todos sus frentes, aunque en este momento mucho más sutil, pues la primera fase es ganar la confianza del enemigo para luego ir asestando los golpes en la medida que se pueda realizar. La idea es no provocar conflicto.
2. La meta es introducir en el país el "sueño americano" con el fin de provocar un disenso interno respecto al modelo cubano.
Para este efecto, se intensificarán todos los mecanismos de comunicación que puedan aportar en éste sentido, tanto el turismo, como la capacitación, el uso de internet, becas y opciones que modelen una nueva visión individual: la casa propia, no estadal, el auto moderno, la moda, la empresa privada, uso del celular masivamente, wifi, entre otros aspectos que configuran un ideal de sociedad en ascenso. Lo fundamental, el individualismo y la modernización, serán consolidados como fuerza de cambio.
3. Naturalmente el riesgo que corre Cuba ha sido medido y se supone en cierto modo controlado, especialmente dado por el espíritu solidario de su pueblo.
En esta dirección, el gobierno insistirá en el bienestar colectivo estimulando la inclusión social y ratificando un modelo que garantiza el empleo, la educación, salud de alta calidad y libertad para el disfrute general. Tendrá que lidiar permanentemente con la información que provendrá de las nuevas alternativas como el chat, blogs, páginas, whatsapp, u otras.
4. Este proceso está en una primera etapa, la que corresponde al gobierno de Obama
Es decir, se mantendrá hasta que la elección presidencial establezca si el nuevo presidente será republicano o no, ya que de ser así es factible que el proceso pueda ser evaluado nuevamente y se suspenda la "cooperación" entre ambas naciones. Esta no es una suposición sino que conecta la realidad del país con las tendencias actuales y la dura campaña por la primera magistratura.
5. El Pentágono apuesta a la desaparición física de Fidel Castro y la supuesta debilidad que provendría de ello.
Los planes sobre Cuba ahora son realistas al darse cuenta que en 54 años lo que se obtuvo fue consolidar un modelo que puede mostrar grandes logros, sin adecuarse a los principios del neoliberalismo, y cuya población en términos generales ama a su país y no desea ser parte de otra potencia que la domestique o le ordene que hacer, impidiendo la libertad que se vive dentro de los cánones internos. Se supone que la desaparición del líder podría crear un frente interno mucho más álgido.
6. Es fundamental leer con claridad el discurso de Kerry en la Habana y las declaraciones sobre Cuba a medios internacionales, confirmando la política real de la Casa Blanca.
Algunas de ellas son: "me siento en mi casa", "valor en una decisión histórica", "las políticas del pasado no condujeron a una transición democrática en Cuba", "Estados Unidos será siempre un paladín de las reformas y los principios democráticos", "continuaremos urgiendo al gobierno cubano a cumplir con sus obligaciones bajo los pactos de Derechos Humanos", "seguimos convencidos que el pueblo de Cuba estará mejor servido por una auténtica democracia". Si se une a sus declaraciones a CNN en español y The Miami Herald donde afirmó que se seguirán financiando programas para la democracia, y a Telemundo y Univisión confirmando que los Derechos Humanos estarán a la cabeza de su agenda con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, las conclusiones son evidentes y establecen los lineamientos para este proceso.
Conclusión
Ambos gobiernos tienen claro sus propósitos nacionales: Cuba sostendrá su modelo de vida sociopolítico esperando tener un crecimiento mayor en el bienestar social en la medida que Barack Obama cumpla lo prospectado retóricamente. Los requisitos básicos: cese total del bloqueo, pago de indemnización por daños inmensurables al pueblo cubano, no intervención y entrega de Guantánamo son irrenunciable, lo que pone en serios aprietos la "normalización". Una de las ventajas es que el pueblo estadounidense podrá ver con su propios ojos cómo es factible con un presupuesto tan exiguo tener educación gratuita sin necesitar préstamos o endeudamiento, atención en salud para tod@s sin depender de la clase social y un trabajo que no signifique indigencia o pobreza cultural.
Estados Unidos posee la convicción que esta estrategia apoyará las pretensiones eleccionarias demócratas para mostrar algún triunfo internacional, posibilitará internarse en la sociedad cubana, impulsar negocios y, por sobre todo, internalizar el "sueño americano" que no es el de toda América Latina. Insistirá permanentemente en que la defensa de los derechos humanos estará en su agenda (a lo que contribuirá decisivamente Human Rigth Watch), exigiendo la liberación de presos políticos y la apertura hacia la no represión, es decir, una "genuina" "bandera falsa" para provocar el conflicto, apoyada por los Medios internacionales, lo que no está descartado nunca.
El proceso no será fácil pues las contradicciones antagónicas existen y son propias de la historia que no se puede olvidar. Las desconfianzas son mutuas y su acercamiento está dado en cuanto cada uno pueda lograr sus propios objetivos en tanto el pueblo cubano pueda acceder a determinados objetos que no son masivos y la Casa Blanca siga su proyecto neocolonial. El modo de vida "americano", con el fuerte individualismo y despolitización que propone es un serio riesgo a la conciencia revolucionaria, lo que tendrá que ser tomado en cuenta con alta seriedad
En resumen, para el mundo humanizado es conveniente que la diplomacia permita los diálogos como recurso de paz frente a un bloqueo que constituye un arma verdadera pues destruye vidas. Cada gobierno velará por su propio proyecto y la dialéctica que la práctica demostrará permitirá constatar si el nivel de bienestar cubano mejora sustancialmente en otros campos y, a su vez, no se produce la desestabilización. La unidad de los pueblos estadounidense y cubano, en una armonía entre iguales, como personas y ciudadanos, puede convertirse en un emblema de confraternidad impecable.
Los pueblos soberanos de América Latina y el mundo saben que aquí se juega una parte de la independencia en el planeta y tienen la certeza que Cuba seguirá siendo la nación solidaria y de convicción plena en la democracia ciudadana.
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