Blog_CubaSigueLaMarcha

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martes, 18 de agosto de 2015

Cuba y EEUU a la sombra de sus banderas [Infografía] – 2 Artículos

Cuba y EEUU a la sombra de sus banderas [Infografía] – 2 Artículos 

Las delegaciones oficiales de Cuba y Estados Unidos en la Embajada estadounidense en La Habana, este 14 de agosto. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Las delegaciones oficiales de Cuba y Estados Unidos en la Embajada estadounidense en La Habana, este 14 de agosto. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
El pasado 14 de agosto la administración Obama tuvo lo que en términos periodísticos se denomina “una buena prensa”.
Su política acaparó los titulares de los medios informativos del mundo y no fue para anunciar el exitoso bombardeo de sus drones en alguna parte, el enfrentamiento a un conflicto racial interno o nuevas medidas de la Reserva Federal, que recuerdan a todos que la crisis económica no termina, sino para izar su bandera con gracia y elegancia en un territorio considerado hostil por antonomasia, que ahora se presentaba hermoso, cálido y hospitalario.
Las banderas de Cuba y EEUU en la sala del Palacio de las Convenciones, donde se han producido las conferencias de prensa de las delegaciones oficiales a la Ronda de conversaciones entre Cuba y EEUU. Foto: Ramón Espinosa/ AP

Hasta la oposición republicana, presente en cada una de sus acciones, se vio en buena medida neutralizada por el simbolismo del acontecimiento y sus contradicciones respecto al tema cubano, por lo que solo algún que otro recalcitrante devino crítico de la iniciativa, con el resultado de demostrar el desfase histórico de sus posiciones.
El canciller John Kerry, a pesar de los años y el bastón que aún lo acompaña, se mostró dinámico y más efusivo que de costumbre, dejando una impresión de simpatía que contribuyó al éxito del evento. Su discurso fue tallado con minuciosidad para satisfacer los intereses de muchas audiencias, pero sobre todo estuvo dirigido al público norteamericano, a sabiendas que contribuía a fortalecer la imagen de su administración y su partido, en un momento que ya está en marcha una contienda electoral marcada por la polarización política del país.
Como era de esperar, no faltaron sus críticas al sistema político cubano, transmitidas en directo a toda la población por los órganos nacionales, y también las respuestas de la parte cubana, dejando claro que la importancia del momento no transforma la naturaleza de una relación cuyas contradicciones anteceden con mucho el triunfo de la Revolución Cubana.
No obstante, como me dijo un amigo, lo más relevante es que por primera vez, desde 1959, el gobierno de Estados Unidos se refirió explícitamente al “gobierno cubano” con el respeto que merece su legitimidad, reconociendo una condición de igualdad entre países, que ha estado presente en todo el proceso negociador y constituye una rareza en las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo.
El pueblo cubano percibió el acontecimiento con satisfacción pero sin euforia, consciente que el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos es solo un primer paso en el largo y complejo proceso de “normalización” de los vínculos entre los dos países, tal y como enfatizaron ambas delegaciones, y abarca no solo asuntos bilaterales, sino la proyección de políticas internacionales diametralmente opuestas, especialmente en el ámbito de América Latina y el Caribe.
En Cuba no se habla de “victoria” ni se han asumido poses triunfalistas, no solo por delicadezas diplomáticas, sino porque constituye una realidad que incluso en la eventualidad de que sean superados escollos como el bloqueo económico, por sí mismo, ello no resuelve los problemas del país.
De hecho, el resto del mundo no está bloqueado y ello no ha eliminado los problemas estructurales que determina el mercado mundial capitalista. En verdad, ni Estados Unidos, como país, se salva de estos condicionamientos, lo que explica los problemas económicos, sociales y políticos que afectan a esa nación.
La importancia para Cuba de esta nueva etapa de las relaciones con Estados Unidos, radica en que la coloca en mejores condiciones para enfrentar los retos que implica esta realidad, pero el éxito depende de aprovechar sus potencialidades, especialmente el capital humano bien formado, y ser capaz de diseñar un modelo de desarrollo sustentable, inclusivo y soberano, que sostenga el respaldo mayoritario de la población, lo que implica importantes transformaciones económicas y políticas.
En esto consiste el debate ideológico actual en el seno de la sociedad cubana. A su favor cuenta con fortalezas cuya conservación y actualización serán determinantes para el futuro del país.
En primer lugar, una mentalidad colectivista que forma parte de la cultura nacional, basada en resultados sociales concretos que la inmensa mayoría de la población aspira a conservar, determinando el rechazo al neoliberalismo como modelo social, al margen de las influencias que llegan de todas partes y que ahora inevitablemente se incrementarán como resultado de las relaciones con Estados Unidos.
También un grado de independencia nacional que le asegura decidir por sí misma sus destinos. A diferencia de otros países, donde el objetivo de las luchas nacionales se centran en el desarrollo de esta confianza, el pueblo cubano se ha demostrado a sí mismo que es capaz de mantener y ejercer esta independencia, lo que explica la singularidad que han tenido las negociaciones con Estados Unidos y determina que ver ondeada la bandera norteamericana frente al Malecón habanero, signifique algo distinto a lo que representó en el pasado.
(Tomado de Progreso Semanal)
Infografía: Raúl Fergo/ Cubadebate

Infografía: Raúl Fergo/ Cubadebate
(Tomado de Progreso Semanal)

Diplomática cubana ve un largo camino para normalizar relaciones 

Escrito por  Reuters
Diplomática cubana ve un largo camino para normalizar relaciones
Cuba recibe un cheque de Estados Unidos de 4.085 dólares al año, por el alquiler de la base naval de Guantánamo, pero se niega a cobrarlos porque la considera ilegal…
Josefina Vidal recibe un cheque de Estados Unidos de 4.085 dólares una vez al año, el dinero por el alquiler de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en Cuba.
Pero el Gobierno cubano se niega a cobrar los cheques, expedidos a un tesorero inexistente, porque considera ilegal la ocupación estadounidense de Guantánamo.
El ex líder Fidel Castro solía meterlos en un cajón y Vidal asegura que ahora están guardados en archivos “como un documento histórico”, un símbolo de la rivalidad entre los dos países durante más de medio siglo.
“Yo los recibo personalmente, año por año”, dijo a Reuters en entrevista exclusiva Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano y su negociadora principal en las conversaciones bilaterales con Washington. “Se guardan en los archivos. Tenemos una colección”.
Ahora que los dos países están dejando atrás su rivalidad de tiempos de la Guerra Fría y restaurando sus relaciones diplomáticas, muchos viejos conflictos bilaterales están saliendo a la luz para ser negociados.
Ambas partes ven posibilidades de lograr rápidos avances en algunos asuntos relativamente simples, incluyendo posiblemente un acuerdo sobre aviación civil. Pero otros tomarán años o podrían no solucionarse nunca.
Por un lado, Cuba quiere de vuelta los 116 kilómetros cuadrados de terreno en la Bahía de Guantánamo, en el este del país.
También quiere el fin del embargo económico de Estados Unidos, acabar con las señales de radio y televisión con programación anticomunista emitidas hacia Cuba y el fin de los “programas para la democracia” financiados por Estados Unidos y que, según Cuba, buscan derribar al Gobierno.
La administración del presidente estadounidense, Barack Obama, afirma que Guantánamo no es parte de la discusión, y que su objetivo de levantar el embargo se enfrenta a una fuerte oposición dentro del Congreso, controlado por los republicanos.
El secretario de Estado, John Kerry, pidió el viernes una “democracia genuina” en Cuba y su país quiere que la extradición de algunos fugitivos estadounidenses que viven en la isla.
Lo que Estados Unidos llama derechos humanos, Cuba lo considera como seguridad interna, e insiste en que sólo hará cambios políticos según sus propias necesidades. También dice que no puede entregar a fugitivos a los que les garantizó asilo.
Vidal reconoce las dificultades por delante, pero asegura que Cuba está dispuesta a tratar todos los asuntos, sin importar lo duros que sean.
“Prefiero no ser pesimista”, comentó el viernes en una entrevista de una hora de duración, cuando Kerry estaba en La Habana para izar la bandera de Estados Unidos por vez primera desde 1961 en la recientemente reabierta embajada.
Kerry dijo también que el camino hacia la normalización será arduo, pero que reabrir las embajadas es un paso importante.
“Seguirá habiendo temas en los que no estaremos de acuerdo o que pueda que no estén maduros aún para una transición, discusión o transformación”, dijo Kerry en una conferencia de prensa. “Estamos abarcando mucho ahora. Es una gran agenda”.
CONVERSACIONES EN SEPTIEMBRE
Las dos partes fijarán sus prioridades y calendarios respecto de una serie de asuntos, con una comisión bilateral que se reunirá por vez primera en septiembre.
Vidal dijo que un acuerdo de aviación civil, bajo el cual aerolíneas estadounidenses y cubanas podrían obtener derechos de aterrizaje en ambos países, es un área en la que se podría alcanzar un acuerdo pronto.
También afirmó que Cuba está dispuesta a hablar de áreas de conflicto, como los 5.913 reclamos de estadounidenses cuyas propiedades fueron nacionalizadas tras la revolución de 1959 que llevó a Fidel Castro al poder.
Las partes empezarían las conversaciones intentando zanjar una gran brecha entre ellos. Una ley cubana liga las negociaciones sobre reclamos de propiedad a los propios reclamos de Cuba por los daños causados por el embargo y otras agresiones estadounidenses.
Vidal señaló que los daños superan los 300.000 millones de dólares hasta el año 2000, una cantidad muy superior al valor de las propiedades reclamadas por estadounidenses o de lo que Washington pensaría jamás en pagar.
Las conversaciones sobre correo directo, protección medioambiental y el combate al narcotráfico se reanudarán, dijo Vidal, construyendo sobre acuerdos ya alcanzados para la mitigación de derrames de petróleo y sobre cooperación de búsqueda y rescate en el mar.
En el asunto más sensible de las reformas políticas, Vidal dijo que Cuba no cederá en nada para aplacar a los opositores de línea dura de Obama en el Congreso de Estados Unidos o a los exiliados anticastristas de Miami.
“Hagamos lo que hagamos, o dejemos de hacer lo que dejemos de hacer, esas personas (…) van a pedir más y más y más porque no quieren el bien del pueblo cubano”, declaró.
“No quieren un mejoramiento de las relaciones, de los lazos entre Cuba y los Estados Unidos. Lo que quieren es revancha”.

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