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sábado, 15 de agosto de 2015

Crítica al ecologismo individualizado

Crítica al ecologismo individualizado


Critica-al-ecologismo-individualizado_largePor Maritza Islas Vargas* / Cada vez tenemos más pruebas de que la humanidad se enfrenta a una crisis civilizatoria cuya expresión más notoria se encuentra en las repercusiones de una catástrofe ambiental, expresadas por el cambio climático y el calentamiento global y los efectos que ambos procesos acarrean. Es claro también, que esta crisis está vinculada en gran medida al desconocimiento de los límites naturales de nuestro planeta; desconocimiento entendido no como ignorancia sino como negación por parte de la dinámica del capital (1) que se ha impuesto como hegemónica en todas las esferas de la vida social.

La idea de progreso y crecimiento ilimitados, instaurada por la modernidad – entendidos como el avance de las fuerzas productivas, así como el aumento de los flujos de producción, circulación y consumo- presente en la ciencia, en la política, en la economía e incluso en los imaginarios cotidianos, está llegando a su límite, debido a las propias contradicciones del modo de producción capitalista (2) en el que se inserta.
A pesar de los intentos por negar el carácter insostenible del modo de producción actual (3); la aprobación científica de que el origen del cambio climático y del calentamiento global es de carácter antropogénico, es bastante generalizada (4).
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) (5) afirmaba en su informe del 2014:
Las emisiones antropogénicas de gases de efecto (…) son más altas que nunca. Esto ha llevado a concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso que no tienen precedentes en al menos los últimos 800.000años.Sus efectos, junto con las de otros conductores antropogénicos, se han detectado en todo el sistema climático y es muy probable que haya sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX (6) (Intergovernmental Panel on Climate Change, 2014
Considerando los riesgos inminentes de un colapso ambiental ¿Por qué  y quién promueve al ecologismo individualizado como solución-ficción; qué procesos se ocultan con estas posturas; en qué medida determinados actores pueden incidir en el campo científico negando o aceptando un fenómeno; cómo los intereses económicos pueden llegar a tener un peso incluso mayor que la propia ciencia sobre la comprensión de las dinámicas sociales y naturales?

El ocultamiento publicitario


A pesar de que la información sobre los riesgos del cambio climático y del calentamiento global, ha tenido una difusión publicitaria bastante amplia, esto no ha producido un cambio de los comportamientos de los sujetos y de las corporaciones que se traduzca en untrastrocamiento de la lógica capitalista que fundamenta relaciones sociales de producción insustentables ambientalmente y devastadoras socialmente.
Y es que con la difusión publicitaria la información sobre el cambio climático se da a conocer pero con un objetivo de marketing, la meta no es informar a las personas sino vender una idea: la de que basta consumir tal o cual producto a tal o cual empresa “ambiental y socialmente responsables” para contribuir al cuidado del ambiente o para contrarrestar la destrucción del mismo. Dicho de otro modo, la “difusión” que se ha realizado sobre el tema está encaminada a la construcción de un ecologista individualizado cuyo complemento es el consumidor ecologizado. Esto implica en primer lugar que el ecologista se desprende de las interacciones que guarda con la sociedad en la que vive y por la cual se realiza, y con la naturaleza de la cual depende y supuestamente defiende; esta doble fractura entre el individuo con la sociedad y con la naturaleza lleva consigo el argumento de que el sujeto atomizado puede cambiar una realidad macro-social y compleja como el cambio climático con una compra, es decir, con una decisión “libre” e individual entre adquirir una mercancía contaminante y otra ambientalmente “limpia”.
En este sentido, la postura del ecologista individualizado y su complemento el consumidor ecologizado, encubren cuatro procesos:
Separa al consumo de la producción. La “libertad” que tiene el consumidor de elegir entre una u otra mercancía, se reduce a la elección entre opciones que ya fueron previamente delimitadas por los productores y en las cuales el consumidor no tiene ninguna incidencia. Por tanto, en los casos donde las personas buscan la transformación de sus patrones de consumo, las posibilidades de cambio en un modo de producción como el capitalista son tan limitadas que terminan sintiéndose culpables por cada producto que consumen.
Bajo este panorama nos cuestionamos entonces: ¿la contradicción está en nuestra existencia y el ambiente o entre el sistema que impone modos de consumir y producir que terminan destruyendo el entorno; los países centrales han disminuido su consumo de energía y materiales; a quién se aplica la política de austeridad?
Estas preguntas nos llevan al segundo elemento que oculta la idea del ecologismo individualizado:
El carácter estructural de la catástrofe ambiental de nuestro tiempo. Lo que se nos dice es que todos somos responsables de la destrucción del planeta. Se imponen campañas de consumo verde, acciones como el reciclaje, tirar la basura en su lugar, ahorrar agua y electricidad, sin embargo, nos cuestionamos: ¿este tipo de acciones de carácter individualizado podrán ser una respuesta eficaz, oportuna y puntual para el colapso ambiental al que se enfrenta la vida en el planeta? No busco minimizar la importancia de la vida cotidiana, de las acciones diarias; sin embargo, el cambio climático es un problema cuyo origen está en la organización social, económica y política de un modo de producción determinado, y por tanto, su solución implicará la transformación de estas dimensiones.El ecologismo individualizado en cambiobusca resolver la catástrofe ambiental con la misma lógica capitalista que en primera instancia lo provocó.
Ahora bien, resulta necesario y urgente sopesar la magnitud del problema con la magnitud de la solución que se promueve con el ecologismo individualizado. ¿Podremos detener el incremento de la temperatura en el planeta, revertir los daños por contaminación atmosférica, detener la destrucción ambiental ejecutada por las corporaciones (p.ej. mineras y petroleras) con nuestra acción individual? Tal y como señala David JC MacKay, principal asesor científico del Departamento de Energía y Cambio Climático del Reino Unido, respecto la reducción del uso de combustibles fósiles: “No se distraigan con el mito de que “cualquier  cosa ayuda”. Si todos hacen un poco, lograremos sólo un poco. Debemos hacer mucho”(Smedley, 2014).
El tercer elemento encubierto por la idea del ecologista individualizado es:
El intercambio desigual entre economías dependientes y economías centrales, el cual puede ser explicado en tres sentidos:
La subordinación de los países dependientes a un patrón de reproducción de capital, especializado en la exportación de grandes cantidades de recursos naturales sin industrializar o con una industrialización muy limitadapara su venta a precios baratos a mercados externos. De acuerdo con el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2014 en Chile, el cobre representa 57% de sus exportaciones totales, en el Perú, un 26%, y el oro un 22% en Suriname. En el caso de los países exportadores de hidrocarburos: el 47% de las exportaciones de Bolivia son hidrocarburos; en Colombia 62%, Ecuador 57%, Trinidad y Tobago 61% y la República Bolivariana de Venezuela 95%. Para los exportadores de productos agroindustriales: los productos agrícolas representan el 36% de las exportaciones en Argentina; en el Paraguay 48% y el Uruguay 30%. (CEPAL, 2014: 90).
La enorme transferencia de valor por parte de las economías dependientes hacia las economías centrales, debido a que las manufacturas de éstas últimas se venden a un precio más alto que los recursos naturales que exportan las economías dependientes –al no contabilizarse los costos socio-ambientales de su extracción-, situación que a su vez obliga a los países dependientes a compensar esta diferencia de precios, aumentando la explotación de la naturaleza para poder costear los bienes de consumo y de capital que brindan las economías centrales. Según datos de la CEPAL “Como promedio del conjunto de las materias primas, el precio mostró en 2014 una caída estimada de alrededor del 10,5%, en comparación con una disminución del 5,2% en 2013 (…) los términos de intercambio de la región en su conjunto se deterioraron un 2,6% durante 2014.” (Comisión Económica Para América Latina, 2014: 11).
La desigualdad del intercambio deriva también de que el tiempo ecológico para producir los recursos naturales es mucho mayor que el tiempo necesario para producir los bienes manufacturados que exportan los países industrializados (Martínez-Alier, 2004).
La desigualdad no sólo está en el intercambio sino también en el consumo de los recursos extraídos alrededor del planeta. Aun cuando, es cierto que como consumidores todos contribuimos a la degradación planetaria, hay responsabilidades diferenciadas. La contribución de los países industrializados, sus élites, sus instituciones y corporaciones es muy grande.
Sólo por mencionar algunos ejemplos: Estados Unidos emite como promedio entre 20 y 23 toneladas anuales de CO2 por habitante, lo que representa más de 9 veces las emisiones correspondientes a un habitante promedio de los países periféricos (Delgado, 2012). Asimismo, el 10 por ciento de la población mundial más rica acapara el 40 por ciento de la energía y el 2 por ciento de los materiales (Delgado, 2015).
La difusión publicitaria desconoce y esconde las enormes desigualdades generadas por la actual división internacional del trabajo, así como las diferencias de clase.
Es cierto que los efectos del cambio climático terminarán afectando a toda la humanidad sin importar la clase social a la que se pertenezca, sin embargo, no todos tendrán los mismos recursos para enfrentarlo, ni la misma capacidad de supervivencia. El número de desplazados ambientales se incrementa y está vinculado a poblaciones en condiciones de vulnerabilidad económica y política. En las últimas dos décadas el número de desastres naturales [social, económica y políticamente provocados] registrados se han duplicado, de 200 a más de 400 al año y nueve de cada diez desastres naturales se relacionan con el clima actual. La Agencia de la ONU para los refugiados asegura que más de 30 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse durante el 2012 a consecuencia de desastres naturales y esta tendencia podría intensificarse en la medida que los efectos del cambio climático se profundicen. Los cálculos actuales del número de personas que se verán obligadas a desplazarse por el  cambio climático y la degradación del medio ambiente para el año 2050 van de 25 millones a mil millones (Agencia de la ONU para los Refugiados). El cambio climático agudizará las desigualdades sociales y económicas actualmente existentes.
El ecologismo individualizado ha permitido el ocultamiento de las relaciones desiguales entre economías centrales y dependientes, entre clases sociales propietarias y desposeídas (7) , al mismo tiempo que ha permitido fagocitar (8) la crítica (Osorio, 2015) respecto a los efectos dañinos que la lógica capitalista provoca en el ambiente y por tanto, en la sociedad que depende de éste. Las relaciones de dominación y explotación generadoras de la fractura ambiental y social de nuestro tiempo, se concentran en la mercancía pero desaparecen en la publicidad. Así vemos manifestaciones de un capitalismo que en apariencia se ha ecologizado pero cuyo funcionamiento continua las mismas dinámicas de explotación y dominio.
Cuarto elemento oculto detrás del ecologismo individualizado:
La solución al cambio climático no es únicamente técnica, es también y principalmente política. Detener las principales fuentes de contaminación y destrucción del planeta, implicará un trastrocamiento de los intereses económicos que se benefician de ello y que actualmente controlan la política global, de ahí que aun cuando se tuviera la respuesta técnica al problema del cambio climático su aplicación conllevará una contienda en la esfera de lo político que no sólo incluirá a los expertos, sino a los diversos actores que se disputan la toma de decisiones en este campo, tómese como ejemplo la emergencia de movimientos eco-territoriales en todo el mundo, la reciente postura del Papa Francisco en la llamada Encíclica verdey la reacción de grupos conservadores que se niegan a reconocer el carácter antropogénico del cambio climático.
En este sentido, el esfuerzo de las corporaciones es doble, en primer lugar, negando/minimizando el cambio climático para continuar con la lógica de extracción de recursos hasta su agotamiento, para mantener legislaciones ambientales laxas y para continuar con los negocios como de costumbre (business as usual) negando los daños irreversibles y desconocidos que están provocando sobre nuestras posibilidades de existencia en este planeta y en segundo lugar, tratando de convencer que todos somos el problema, encubriendo así su propia responsabilidad.
El ecologismo individualizado se constituye como una ficción del capital que al ocultar los cuatro procesos antes señalados, encubre a su vez las contradicciones que el modo de producción capitalista lleva consigo. Particularmente, a) la contradicción capital-naturaleza que consiste en la destrucción del ambiente, condición indispensable para cualquier modo de producción y para la vida en el planeta; b) la contradicción capital-comunidad es decir, un enaltecimiento del individuo que ha derivado en la desarticulación de los lazos comunitarios que dan cohesión, lo que se traduce en una mayor conflictividad social y por último; c) la contradicción capital-democracia, es decir, el hecho cada vez más evidente de que la democracia enarbolada por el capitalismo encubre el poder de una clase minoritaria que se apropia de la mayoría de los flujos de energía y materiales del mundo frente a una gran mayoría frecuentemente despojada de los bienes comunes que le dan sustento.

A modo de conclusión


La idea de un ecologismo individualizado, lleva la propia imposibilidad en su nombre, un ecologista no puede serlo si se piensa ajeno a las relaciones de interdependencia e interdefinición que guarda con los otros seres vivos que cohabitan con él en el planeta.
El ecologismo individualizado, es una solución construida y alimentada por los principales causantes del problema, que pretenden resolverlo con la misma lógica que en un primer momento lo ocasionó: la extracción voraz de recursos renovables y no renovables hasta su agotamiento, con todos los daños que esto genera en el ambiente y por ende, en la sociedad. Tal y como refleja la declaración de la petrolera Chevron: “Nos llevó 125 años consumir el primer billón de barriles de petróleo. El próximo billón lo consumiremos en 30” (Saxe-Fernández, 2006).
Respecto a la disputa científica-política que origina el tema del cambio climático, ésta hace evidente que el cambio climático no es un fenómeno meramente físico, sino un proceso con orígenes y consecuencias sociales, políticas y económicas y por tanto, la mitigación y/o adaptación a éste implicará medidas en estas diversas dimensiones. Naturalizar el cambio climático implica, desdibujar las relaciones sociales que lo generan.
No digo que el consumo ecológico no ayuda, ni que las acciones individuales no sean importantes, pero considero que no son suficientes, las acciones deben trascender lo individual y comenzar a vincularse colectivamente en local, lo nacional y lo internacional, sobre todo en países políticamente dependientes con un patrón de reproducción del capital basado en la exportación de recursos naturales.

Para concluir, quiero agregar dos acotaciones extras


Si bien el ecologismo individualizado es ampliamente aceptado por las dinámicas hegemónicas de la publicidad y los negocios, por su afinidad y utilidad con el modo de producción actual, éste no es la única solución que ha generado la dinámica antiecológica del capital. De forma no deseada para el capital, las formas de despojo en que se expresa la reproducción capitalista, ha generado movimientos sociales de carácter ecológico-territoriales que se constituyen actualmente como un freno a la devastación ambiental corporativa y una antípoda al ecologismo individualizado.
Los movimientos eco-territoriales, a diferencia del ecologismo individualizado, se constituyen sobre la base de la comunidad, del uso de la democracia directa, del control sobre su territorio, de la politización de los conflictos y de lo colectivo diverso.
Las luchas ecológico-territoriales muestran también el antagonismo de proyectos de distintas clases sociales y la disputa por definir la forma de organizar la vida en sociedad.
El tema del cambio climático, la disputa de poderes que éste entraña, las desigualdades que genera, las soluciones que se vislumbran, es una preocupación mundial, pero en el caso de América Latina adquiere particular importancia por la centralidad de sus recursos (hídricos, petrolíferos, gasíferos, minerales y de biodiversidad) en el proceso productivo mundial y sobre todo en un contexto de agotamiento de las fuentes de fácil acceso, así como por la avanzada de resistencias sociales ante el despojo capitalista. De acuerdo con la CEPAL, América Latina posee el 25% de los bosques mundiales, 40% de la biodiversidad total del planeta y América del Sur por sí misma dispone del 28% de los recursos hídricos mundiales. El potencial energético aprovechable equivale al 35% del potencial mundial, dentro del cual las fuentes hidroenergéticas constituyen el 36%, el carbón el 27%, el petróleo el 24%, el gas natural el 8% y el uranio el 5%. (Ruíz-Caro, 2005: 9).
En este sentido, desmontar las ficciones generadas por el ecologismo individualizado para evitar la organización colectiva, adquiere una centralidad enorme frente a la catástrofe ambiental de nuestro tiempo.

Notas


* Socióloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM; Especialista en Economía Ecológica y Economía Ambiental por la Facultad de Economía-UNAM; maestrando en el Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM; integrante del proyecto Conceptos y Fenómenos Fundamentales de Nuestro Tiempo, coordinado por el Dr. Pablo González Casanova, disponible en el sitio http://conceptos.sociales.unam.mx/
1 Dinámica cuyo objetivo consiste en su propia reproducción, fundamentada en la apropiación privada y en la mercantilización del trabajo y de la naturaleza (Marx, 1978; O’Connor, 2001).
2 Estas contradicciones son: a) La contradicción capital- trabajo; b) la contradicción capital naturaleza; c) la contradicción capital-comunidad; d) la contradicción capital-democracia. En el presente trabajo retomaremos las últimas tres
3 Cabe recordar el Climate Gate, campaña de desprestigio que en el 2009 fue lanzada contra la Climatic Research Unit de la Universidad de East Anglia, por los escépticos del origen antropogénico del cambio climático. Véase(González Casanova,  2013).
4 Desmogblog(2012)presentó un estudio donde de una muestra de 13.950 artículos científicos sólo 24 rechazaban al cambio climático o sugerían una causa distinta de las emisiones de CO2 para el calentamiento observado.
5 El IPCC es un grupo científico auspiciado por Naciones Unidas, el cual revisa y evalúa la información científica, técnica y socioeconómica más reciente producida en todo el mundo, relevante para la comprensión del cambio climático.
6 Traducción propia.
7 Si bien no es el tema del presente artículo, sería importante indagar las razones por las que el ecologismo individualizado ha sido tan bien recibido en los imaginarios cotidianos, cuál es el motivo del conformismo social ante la crisis ambiental.
8 Dicho término señala la capacidad del capital para absorber e incorporar los ataques a su propio funcionamiento.

Referencias bibliográficas


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Beck, Ulrich. “Climate for Change, or How to Create a Green Modernity?”. En Theory, Culture & Society 27(2-3), (2010), págs. 254-266.
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