La entrada de Donald Trump a la Casa Blanca ha perturbado el sueño de no pocas personas alrededor del mundo, pero son los propios estadounidenses quienes más temen al nuevo panorama que ya se avista en el horizonte.
La comunidad científica por supuesto que no escapa a esa incertidumbre, que comenzó a transformarse en certeza desde la misma investidura del magnate norteamericano, pues solo momentos después se suprimieron las referencias al cambio climático en la página web de la Casa Blanca.
Como respuesta, la organización internacional WikiLeaks ofreció su espacio para albergar y publicar investigaciones sobre el tema, en un momento en el que científicos y funcionarios estadounidenses temen ser censurados por la administración Trump.
Ante la posibilidad de que el gabinete del mandatario estadounidense elimine los datos sobre el clima albergados en los sitios web del gobierno, Julian Assange y su equipo usaron la red social Twitter para ofrecer WikiLeaks como un espacio alternativo para su publicación.
‘¿Tienes datos que están en riesgo por la nueva administración de EE.UU., como por ejemplo investigación sobre cambio climático que no ha sido publicada?
Envíala aquí: https://wikileaks.org/#submit’ ;, así lo tuiteó la plataforma responsable del filtrado de miles de documentos clasificados.
El mensaje apareció el mismo día que en una agencia periodística reportó que nuevo el gabinete pidió a la Agencia de Protección al Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) que eliminara la página sobre cambio climático de su sitio Web.
El nuevo inquilino del 1600 de la avenida Pensilvania, en Washington, ha expresado públicamente su escepticismo frente a las causas humanas detrás de ese fenómeno; esa postura ha llevado a algunos miembros de la comunidad científica a discutir la posibilidad de que datos relevantes albergados en sitios web administrados por la EPA, la NASA y otras agencias del gobierno norteamericano también pudieran ser eliminados.
Como parte de esa tendencia creciente, empleados de la Administración estadounidense de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) también crearon una red de cuentas no oficiales en Twitter,como forma de resistencia a Trump.
De esa forma, la NASA se unió a más de una docena de agencias federales del país norteño que tratan de desafiar lo que ven como intentos del jefe de Gobierno de acallar la investigación sobre cambio climático y otras ciencias.
Los científicos de esa y otras instituciones lanzaron en privado cuentas de Twitter -prestando nombres y logotipos de sus agencias- para protestar contra las restricciones que consideran como censura, y proporcionar plataformas sin restricciones para la información que la nueva administración tiene limitada.
La cuenta @RogueNASA se presenta en Twitter como ‘el equipo de Resistencia no oficial de la NASA’; la misma llama a los lectores a seguir su actividad con datos y noticias sobre ciencia y clima, y en solo horas superó el medio millón de seguidores.
La rápida proliferación de esos tweets responde a las directrices internas que varias agencias han recibido desde la toma de posesión de Trump, exigiéndoles que frenen su difusión de información al público.
El departamento de Interior fue uno de los primeros en recibir esa orden después de que un empleado re-twitteó mensajes sobre la asistencia relativamente baja a la toma de posesión del nuevo presidente, y sobre cómo desapareció el material sobre el cambio climático y los derechos civiles del sitio web oficial de la Casa Blanca.
Desde entonces, empleados de la EPA, el propio departamento de Interior, así como los de Agricultura, y Salud y Servicios Humanos han confirmado haber visto avisos de la flamante administración, ya sea para instruirlos para eliminar sitios web o limitar su comunicación al público, incluso a través de las redes sociales.
Dichas restricciones han reforzado las preocupaciones de que Trump, un escéptico del cambio climático, está intentando silenciar la investigación respaldada por el gobierno federal, mostrando que las emisiones de la combustión de combustibles fósiles y otras actividades humanas están contribuyendo al calentamiento global.
Ahora, debido a que las entradas de Twitter fueron creadas y publicadas de forma anónima como cuentas privadas, están fuera del control del gobierno.
Siguiendo ese mismo mecanismo de defensa, la Universidad de California (UCLA) ya se erige como el epicentro de la preservación de los datos sobre el cambio climático.
No podemos resignarnos a esto, estamos luchando en una guerra por la información, y el cambio climático está sufriendo un ataque muy específico, proclamó la investigadora Joan Donovan, de la UCLA.
Además de las agencias ya mencionadas, también figuran la Agencia Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA) entre las instituciones que pasaron a la acción para proteger, duplicar y salvar la evidencia referente al calentamiento global.
Ante ese panorama, la investigadora canadiense Michelle Murphy, fundadora de la Iniciativa de Gobernanza y Datos Ambientales en la Universidad de Toronto, acudió al auxilio de sus colegas estadounidenses.
En Canadá, durante los años del conservador Stephen Harper, sufrimos la censura, la destrucción de documentos y el despido de científicos relacionados con el cambio climático. En Estados Unidos, con un escéptico del clima en la Casa Blanca, el escenario va a ser parecido y tenemos que contraatacar desde el primer momento, advirtió en ese sentido Murphy.
Decenas de universidades norteamericanas -entre ellas, Filadelfia, Chicago e Indianapolis- se han sumado igualmente a la iniciativa para descargar los informes y preservar los metadatos en la biblioteca digital Internet Archive o a la web DataRefugee, creada por la Universidad de Pensilvania, con la finalidad de garantizar su accesibilidad al público y a futuros investigadores.
Fuentes:
Publicado por: David Díaz Ríos / CubaSigueLaMarcha.blogspot.com
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