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miércoles, 1 de febrero de 2017

Pedagogía 2017: La Revolución es el libro de Fidel sobre la Educación



Al hombre que dedicó sus días a educar el espíritu y el intelecto de los habitantes de una pequeña isla del Caribe, que consideró al maestro como “el alma de la enseñanza” y a la instrucción como “antídoto esencial contra la tragedia o el desastre humano”, dedicaron el Panel Especial que inauguró la primera jornada del Congreso Pedagogía 2017.
Este último día de enero, en una Habana insólitamente invernal, cientos de educadores de más de 40 países se reunieron en Salón 1 del Palacio de las Convenciones para intercambiar sobre el ideario educativo de Fidel Castro.
El Teólogo de la Liberación, Frei Betto; el ministro de Educación venezolano, Elías Jaua; la Doctora en Ciencias Lesbia G. Cánovas; la periodista y escritora cubana Katiuska Banco y la joven Leyanis Burgos, presidenta de la FEEM de la Escuela Pedagógica “Fulgencio Oroz”, expusieron sus ideas sobre “Fidel Castro, educador de la esperanza”, sin teorizaciones ni frases rebuscadas, desde el cariño y la razón.
Katiuska comenzó el Panel hablando de un líder cercano, de un Fidel que anda “otra vez en esta ciudad”, del preceptor que es evangelio. La autora de Todo el tiempo de los cedros dijo: “Doy las gracias por estar frente a una multitud de maestros, porque el magisterio y la medicina son los quehaceres más hermosos y nobles de la tierra. Martí dijo que los niños son la esperanza del mundo y habló de los maestros ambulantes, esos que van y vienen de todas partes para enseñar, para iluminar, para abrir los caminos: Fidel fue un maestro”.



Para Katiuska Blanco, las reflexiones de Fidel “fueron siempre cartas que les dirigía a los seres humanos de este mundo”. De ahí que antes de venir a hablarles a los educadores, la acuciosa periodista releyó aquel artículo donde el líder escribiera sobre su escuelita pública de Birán, sobre su maestra y el Colegio La Salle, donde lamentaba la falta de tiempo para dejarnos más sobre la educación:
“A lo mejor escribo, si tengo tiempo, sobre eso. Excúsenme que no lo haya hecho hasta ahora, solo que tengo ideas de lo que se puede y debe enseñar a un niño. Considero que la falta de educación es el mayor daño que se le puede hacer”.
Fidel Castro, El Cumpleaños, 12 de agosto de 2016
Apegada a horas de estudio de su pensamiento, la investigadora dijo esta mañana: “Si yo hubiera tenido la oportunidad de conversar con él por esa fecha habría podido asegurarle que ese libro ya él lo había escrito, tal vez estaba disperso, en sus propios días y vivencias, en sus expresadas remembranzas, en discursos, comparecencias e intercambios. Fue todo lo que nos dijo durante años, fue todo lo que hizo durante toda su vida”.
“La Revolución Cubana es el libro de Fidel sobre la educación, ella cuenta lo hecho y lo expresado, y hay que defenderla y escucharla para que continúe viva en su plenitud y especialmente en su obra educativa, que es como su corazón, la Revolución se hizo para la justicia y la educación, que es lo mismo que decir para la vida”, precisó la autora del libro Guerrillero del Tiempo.
Leyanis Burgos, la presidenta de la FEEM de la Escuela Pedagógica “Fulgencio Oroz”, que escogió ser maestra y el año próximo comenzará a andar el camino de una profesión que es para toda la vida, expuso: “Me pondré al frente de un aula primaria, para contarles a los niños quién era Fidel y cuánto ha hecho esta Revolución”.
La Doctora en Ciencias Cánovas Fabelo, presidenta de honor de la Asociación de Pedagogos de Cuba, coincidió con Katiuska en que Fidel Castro “dejó la obra hecha, su obra educativa que es inatrapable”. Lesbia es maestra desde los 15 años y recuerda al Comandante en la Plaza de la Revolución de La Habana, “diciéndonos a los jóvenes alfabetizadores que estudiáramos, que eso era lo que teníamos que hacer.
Insistió siempre en que debíamos preparar a los niños, forjar el espíritu. Concebía la formación del educador desde la escuela y en la escuela, fiel al pensamiento martiano del estudio y el trabajo”, expresó Lesbia, cuya concepción de la educación nueva la estudian los maestros del futuro.
“Hay una extraordinaria visión, los nuevos tiempos no nos permiten seguir caminos trillados, tenemos que reinventar la educación y somos privilegiados los maestros cubanos, porque tenemos el ideario educativo de Fidel y con él podemos reinventar las maneras de enseñar, el magisterio cubano cuenta con un decálogo, que es la obra de Fidel, comentó Lesbia, quien todo el tiempo condujo la conversación y a la cual Frei Betto le entregó hoy el “doctorado en oratoria pedagógica”.
El fraile dominico Frei Betto alertó sobre la necesidad de pensar la educación como formación crítica, de protagonismo para transformar el mundo y la sociedad. Invitó a preguntarnos siempre para qué sirve la educación. “Tenemos que pensar qué clase de educación damos, si estamos reproduciendo los patrones occidentales, por qué Europa aparece en el centro de los mapas, debería ser China, porque la palabra ‘china’ significa país central”, reflexionó el autor de 60 libros.
“Un problema hoy es cómo hacer una educación ética y en Fidel y la Religión, él habla de lo importante que ha sido la ética en su vida. Fidel tenía una coherencia de espíritu y de valores”, aseguró el Teólogo de la Liberación.
Contó que en 1985, en aquellas conversaciones interminables con el Comandante en Jefe para hacer el libro:Fidel me dijo que un revolucionario puede perder todo, su libertad, su trabajo, su familia, su vida, pero lo único que no debe perder es su moral, es por eso qué debemos pensar qué calidad de educación ética y moral estamos impartiendo”, cuestionó nuevamente el religioso brasileño, que hoy no se extendió en su intervención, pues mañana impartirá una conferencia y quiso guardar saberes bajo la manga.
Elías Jaua, el Ministro que Chávez encontró en las calles gritando “Viva Fidel”, dijo: Rescato de Fidel lo que aprendí de él, la preocupación inmensa por los seres humanos y por preservar el planeta. Recordó al líder que se dedicaba a educar a todos los que tenía cerca.
Fidel no era solo un soñador, sino que hacía que los sueños se hicieran realidad. Y fue lo que hizo junto con el comandante Chávez para millones de venezolanos, la misión Robinson alfabetizó al pueblo y los hizo seguir estudiando con las misiones que vinieron después. Siguió la máxima martiana: Deme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí a un hijo’.
Bolívar dijo a su maestro: ‘Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso’. Y yo digo hoy: Gracias Fidel, tú formaste a generaciones enteras, para lo grande, para lo hermoso”, concluyó el Ministro de Educación de Venezuela.

FuenteCubadebate


Pedagogía 2017 destaca legado educativo de Fidel


El ideario educativo de Fidel fue el eje central del panel especial que abrió la primera jornada del evento.


«Por la educación vivió y luchó Fidel. Movió sus energías por transformar Cuba, Latinoamérica y el mundo, porque no era posible la educación para todos, sin justicia para todos. La Revolución se hizo para la justicia y la educación, que es lo mismo que decir para la vida. Con la educación la Revolución es verdadera. La educación enraíza la idea de la Patria, y con Martí pensamos que Patria es humanidad».
Así expresó la periodista Katiuska Blanco Castiñeira, autora de libros como Todo el tiempo de los cedros y Fidel Castro: Guerrillero del Tiempo, al intervenir en el panel Fidel Castro, educador de la esperanza, que inauguró la primera jornada del Congreso Pedagogía 2017, en el capitalino Palacio de Convenciones.
«Fidel fue un maestro» que consideraba la educación como antídoto esencial contra la tragedia, subrayó, y lo llamó el «eterno inconforme», que lamentaba la falta de tiempo para darnos más.
Las experiencias del Comandante en Jefe en su niñez, lo sufrido, indagó Katiuska Blanco, lo colocó junto a los que nada poseían y en favor de una educación nueva, cuyos componentes esenciales fueran el amor; la enseñanza para vivir plenamente en el disfrute de la naturaleza y la cultura; la importancia de forjar el carácter, la espiritualidad, la bondad y la capacidad de sacrificio; las martianas ideas del bien y la virtud; claves de lo que él consideraba imprescindible para los seres humanos.
«Se habla siempre de la Campaña de Alfabetización, pero ella fue precedida de esfuerzos que empezaron mucho antes», señaló, y puso como ejemplo la creación de la Academia Abel Santamaría en prisión, las clases que impartía el Guerrillero Heroico a los combatientes rebeldes para que aprendieron a leer y escribir en la Sierra Maestra, y luego del triunfo de la Revolución la creación del contingente de Maestros Voluntarios, las 10 000 aulas surgidas en 1960 y la escritura y publicación de libros de textos sobre la Historia de Cuba.
Por su parte, la doctora Lesbia Cánovas, presidenta de honor de la Asociación de Pedagogos de Cuba, explicó que desde La historia me absolverá Fidel se refería a los educadores, y no solo pensaba en la educación y los maestros cubanos, sino que hablaba de la posibilidad de llevar la enseñanza a otros países.
«Las maneras del Comandante promover la formación de maestros no siguió los caminos tradicionales. Eso hizo posible, en un plazo tan breve, que todos los niños y niñas cubanos asistieran a las aulas. La clave era el maestro».
Fidel tenía como nadie la capacidad de motivar, ofrecía argumentos, vinculaba la necesidad social con el crecimiento individual de cada uno, expresó Lesbia Cánovas.«Siempre nos explicó que íbamos a tener asegurada la continuidad de estudios, un empleo digno, que nos llenaría de orgullo».
Llamó la atención sobre su modestia, su entrega total, y señaló que los maestros cubanos tienen el privilegio de contar con el ideario de Fidel, nutrido del pensamiento pedagógico martiano y el marxismo leninismo. Los nuevos tiempos que estamos viviendo no nos permiten seguir los caminos trillados, y solo podremos reinventar la educación si leemos todo ese cúmulo de vivencias, discursos, reflexiones del Comandante en Jefe, indicó.
El teólogo de la liberación y periodista brasileño Frei Betto, abogó por cuestionarnos qué clase de educación estamos dando: si una que reproduce las nociones de las clases dominantes, o una que es capaz de hacer mirar el mundo con la óptica de los oprimidos.
«En los países capitalistas la educación es una tarea utilitarista, que sirve para formar mano de obra calificada para la reproducción del sistema capitalista de opresión y explotación», subrayó, y destacó la importancia de la espiritualidad como «la capacidad que tenemos de establecer relaciones de amor entre nosotros».
«Tenemos que pensar la educación como formación crítica, como formación de protagonismo, para transformar el mundo y la sociedad… El problema hoy es cómo hacer una educación ética».
Betto resaltó que si se quiere comprender a Fidel hay que conocer dos fuentes fundamentales de su formación, José Martí, «que le ha dado la lógica y la lucidez de ser un hombre de protagonismo histórico», y los jesuitas, que tuvieron una importancia fundamental porque le dieron la educación para la voluntad.
«Fidel era un hombre de valores y una energía espiritual muy fuerte para mantenerlos. Este pueblo tiene como tarea histórica y colectiva seguir valorando este sistema socialista».
Elías Jagua, ministro de Educación de Venezuela, rememoró anécdotas junto al Comandante Chávez y al líder de la Revolución, y expresó el agradecimiento por los programas Yo sí puedo y Yo sí puedo seguir, los aportes de los más de mil especialistas de la salud y la formación de los jóvenes venezolanos y médicos integrales comunitarios que han estudiado gracias al empeño del Comandante.
«Hoy nosotros, revolucionarios de este continente, podemos decir parafraseando a Bolívar: “Gracias Fidel, tú formaste el corazón de generaciones enteras para lo grande, para lo hermoso, intentaremos seguir el sendero que tú señalaste”».
Además, Leyanis Burgos, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media de la Escuela Pedagógica Fulgencio Oroz, de La Habana, se refirió a la fe que Fidel siempre tuvo en la juventud, pues como él expresara «creer en los jóvenes significa un pensamiento, significa una actitud». Asimismo, puntualizó que su labor como futura educadora es enseñarle a las nuevas generaciones la impronta del eterno joven rebelde en la Revolución.
«Debemos ser mejores revolucionarios, mejores martianos y, sobre todo, profundos fidelistas (…). Con los jóvenes sí se puede contar», afirmó. 

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