Para ilustrar lo antes dicho, basta escuchar la noticia del concurso de proyectos que lanzó recientemente la Asociación de ingenieros cubanos nacionalizados estadounidenses, para que ingenieros y estudiantes universitarios presenten proyectos para mejorar la infraestructura en la Isla.
Otros proyectos versan sobre cómo mejorar la descontaminación ambiental, el manejo de la basura y la adaptación a los cambios climáticos.
Los ganadores del segundo y tercer lugar recibirán cuatro mil y dos mil dólares respectivamente. El objetivo implícito del concurso es el poder ejecutarlos el día que hayan logrado desmontar el sistema socialista, eliminen las leyes del Bloqueo y por tanto pueden invertir en obras en Cuba, pues “desean contribuir a la reconstrucción de país donde nacieron”.
Los ganadores del segundo y tercer lugar recibirán cuatro mil y dos mil dólares respectivamente. El objetivo implícito del concurso es el poder ejecutarlos el día que hayan logrado desmontar el sistema socialista, eliminen las leyes del Bloqueo y por tanto pueden invertir en obras en Cuba, pues “desean contribuir a la reconstrucción de país donde nacieron”.
De acuerdo con la declaración de los organizadores “todos los proyectos están basados en el principio de una Cuba futura, con códigos constructivos nuevos, regidos por las leyes norteamericanas”.
Desde ahora prevén trabajar en temas como el tratamiento de aguas, líneas de comunicación, Internet, acueductos, viviendas, edificios públicos y electrificación, en una idílica Cuba sin castrismo.
Sin embargo, nadie auspició proyectos para reconstruir a New Orleans después del huracan Katrina y mucho menos para eliminar las zonas marginales que crecen en el propio Miami, donde la violencia se incrementa diariamente a causa del hambre y la escasez de recursos por falta de empleos.
Unas de esas zonas es Liberty City, habitada mayormente por negros de bajos recursos, ubicada entre la NW 79 calle al norte, la NW 27 Avenida al oeste, al noreste de 54 calle al sur, y la carretera I-95, considerada en un estudio de Neighborhoodscout.com, como el tercer barrio más peligroso de todos los Estados Unidos.
Liberty City forma parte del Condado Miami-Dade, distrito electoral de la miembro activa de la mafia anticubana y representante federal, Ileana Ros-Lehtinen.
Otra comunidad que requiere urgentemente de proyectos para establecer y mejorar toda su infraestructura es Umoja, situada en el mismo Condado Miami Dade, la cual cobija a de miles de pobres; pero para resolver los gravísimos problemas de esos cinturones de miseria no hay dinero y mucho menos deseos de aquellos “preocupados” por los problemas cubanos que solo desean llenarse los bolsillos haciendo negocios en una Cuba del futuro.
Ante esto debemos recordar a José Martí cuando afirmó:
“Los negocios tienen sus rufianes, sus fanáticos y sus calaveras, como todos los demás aspectos de la vida ordinaria”.
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