Ya son más de 20 los artículos en los que vengo
alertando acerca de cuáles son las
verdaderas intenciones del Señor Obama con Cuba.
Ahora para cerrar
el ciclo de sus intenciones planea viajar a Cuba en los próximos
21 y 22 de marzo del año en curso;
el último de su mandato presidencial.
En mi más reciente artículo, dedicado a valorar su proyecto de eliminar la cárcel en la base naval
de Guantánamo, territorio
ilegalmente ocupado, se pone de
manifiesto de manera clara, cuál es la lógica de la actuación política del
presidente Obama con Cuba.
Eliminar la prisión, que le
sería menos costoso y más fácil, que devolver el territorio de la base a Cuba. Y así, valorizar su legado, con
el menor esfuerzo posible.
Esa lógica comenzó a
desplegarse a finales del 2008, cuando en su último discurso de
campaña, dijo que negociaría con Cuba
pero que no levantaría el bloqueo.
Efectivamente, el Presidente echó abajo las medidas
restrictivas que Bush- hijo había puesto a Cuba, pero en realidad recrudeció la
política de bloqueo. Comenzando así, a su estilo, una política de “Garrote
y Zanahoria”, que a mi entender
ha sido la forma más “inteligente” utilizada en
esta política, por administración norteamericana alguna. Ninguna
administración norteamericana ha pretendido engañar a Cuba, como Obama está
tratando de hacerlo ahora.
Lo cual es posible
observarlo desde el principio de su administración y particularmente por el
sistema de medidas adoptadas con posterioridad al llamado 17D.
Cuáles han sido esas
acciones.
1.-Obama durante el primer
semestre del 2009, libero a la sociedad civil cubana de las
restricciones a las remesas, visados,
paquetes, limitaciones en la consideración de familia, etc. Pero comenzó a adoptar medidas aún más
restrictivas financieramente, sancionando de manera continuada a la banca internacional
que se atreviera a negociar con Cuba. Además, aumentando las restricciones para el limitado comercio
que se había acordado entre ambos países.
2.-Dentro de las
medidas adoptadas en enero del 2015,
septiembre del propio año y el 26 de enero del 2016, es posible
observar claramente su carácter unilateral y su línea de empoderamiento con aquellos sectores
sociales, que piensa podrían acompañarle en el “cambio de régimen” en Cuba. Sus restricciones y carácter
selectivo de las posibles relaciones con la propiedad estatal cubana, su insistencia en prohibir el uso del
dólar al estado cubano; complicando así y manipulando la posible concesión de
créditos a manera selectiva. Donde se puede observar que sería la banca
norteamericana la que manejaría dentro de Cuba una especie de “economía paralela” en la que el estado
cubano no tendría participación alguna.
Ni ninguna posibilidad de exportar.
3.-El gobierno cubano
solo podría aceptar las medidas sin intervención ninguna de su parte.
4.-Se observa de manera
muy clara, la actitud flexible de Obama
en todos aquellos asuntos que tienen como objetivo fortalecer la presencia norteamericana en Cuba, permitiendo hacer crecer los
vuelos a la Isla, facilitando el
intercambio cultural y académico, facilitando la entrada de la producción
cultural norteamericana, apoyando proyectos culturales conjuntos, incrementando
la información etc. Lo cual ampliaría sobremanera la base material e ideológica de su proyecto
subversivo.
5.-Obama limita todo lo que
puede permitir al gobierno cubano hacer avanzar su proyecto de nuevo modelo económico
y facilita todo lo que puede introducir el proyecto económico privado,
alternativo en la Isla, haciéndole la
competencia a la economía de corte socialista, sustituyéndola por una economía
privada, que genere la clase media cubana, que facilite la creación de un
escenario político alternativo dentro de la Isla.
Se observa de manera clara,
para quienes Obama maneja el garrote y para quienes la zanahoria. Dividiendo el bloqueo en dos,
como ya hemos expresado con anterioridad. Que no quiere decir ni más ni menos que adoptar restricciones
máximas contra toda
intención de empoderamiento
estatal y facilidades crecientes para
el empoderamiento del aún incipiente
pero dinámico sector privado.
El crédito, el dólar, los
financiamientos, los proyectos conjuntos, facilidades comerciales, hasta incluso potenciales donaciones, funcionaran
con unos mecanismos dentro de los cuales el estado cubano no recibirá beneficio
alguno; mientras que todas las
facilidades, mínimas restricciones, concesiones
de todo tipo, se harán solo para aquellos que puedan adquirir la
capacidad de no depender
para nada de la economía estatal. Para
estos últimos el bloqueo no funcionara. Porque es la parte del bloqueo que el Presidente puede eliminar libremente sin tener que contar para nada con el Congreso.
La otra parte del bloqueo,
en las que Obama podría utilizar sus
prerrogativas ejecutivas para aliviar a la economía estatal cubana, no
funcionara. No le interesa esa parte al Presidente.
Pues esa sería la que fortalecería el
proyecto socialista cubano y Obama no
quiere nada que pueda parecerse a socialismo en Cuba.
Esas son las razones por
las que ya hemos adelantado,
observándose ahora muy claramente, que Obama continuará utilizando el bloqueo
como un instrumento de presión económica y política contra Cuba; de lo contario, cuales son los objetivos de las multas más
recientes con las que Obama continua
penalizando a la banca internacional,
para que no pueda negociar con Cuba.
Y eso lo autoriza el mismo Presidente que
ha solicitado varias veces al congreso
levantar el bloqueo.
¿Podemos entonces creer en
las buenas intenciones de Obama?
¿Podemos, dentro de esa
lógica de su política, manifiesta en
casi todas sus acciones, creer que Obama, en realidad, sigue una
política para lograr la
normalización de relaciones con Cuba que todos esperamos?
Todo lo que Obama ha hecho hasta ahora ha sido más
para levantar su imagen y retirarse con
el legado que le garantice un lugar prominente en la historia política
norteamericana, que de verdad para
construir un contexto de normales
relaciones con Cuba.
De todos modos hemos avanzado
y hasta tenemos algunos logros de esta,
sin dudas, nueva situación de
relaciones con Estados Unidos.
1.-Cuba se desenvuelve
dentro de un contexto político signado por el interés de Estados Unidos de reconocerla como un interlocutor válido y el de
varios países del mundo interesados en
negociar con la Isla. Pues esto
último ya no se percibe como un ataque a
la política norteamericana.
2.-Existe un ambiente
de cierta tranquilidad política ni
mínimamente comparable con los momentos vividos años atrás en que las
relaciones con Estados Unidos
mantenían al país en tensión.
3.-Hemos obtenido
avances en múltiples asuntos que tienden
a beneficiar al ciudadano común, tales como: incremento de remesas, viajes, visados, intercambios personales de todo tipo,
incremento de los vuelos, crecimiento del
turismo, correo directo,
intercambios culturales, acercamiento de las familias, etc.
4.-Negociaciones con Estados Unidos, con potenciales
soluciones en la lucha conjunta contra
el narcotráfico, medio ambiente, migración, internet, conexiones telefónicas,
colaboración científica, etc.
Siendo cierto que aún se encuentran pendientes algunos
asuntos básicos planteados por Cuba, para poder avanzar en la normalización de
relaciones entre ambos países. Aunque el balance hasta ahora se puede
considerar como positivo.
Luego, hace falta, que en
su viaje a Cuba, la actitud del Presidente se incline más hacia
aquel lado de su política que beneficia el comienzo de la normalización
y no el de la continuidad de la subversión. Pues de no ser así, Obama, solo terminara su mandato
engrosando la lista de los presidentes que han fracasado en su política hacia Cuba, a pesar de ser ya el Presidente que más ha hecho porque la
historia no termine de ese modo.
27 de febrero del 2016.
Fuentes:
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