Problemas en la gestión de los servidores de correos, uso de proxys no autorizados para conectarse a internet, y la desactualización de los antivirus en empresas y organismos estatales, así como la no aplicación correcta de los controles de seguridad y el poco conocimiento de los usuarios al utilizar las tecnologías, son algunas de las dificultades que, en materia de seguridad informática, se reportan con mayor frecuencia en nuestro país.
Y es que Cuba no está ajena a los códigos malignos que circulan en el espacio virtual y que ocasionan daños en computadoras, aplicaciones y sistemas operativos. Si bien no se registran afectaciones significativas por la actividad nociva de ransomware (tipo de programa informático que hace secuestro de la información), hasta el pasado mes de octubre la Oficina de Seguridad para las Redes Informáticas (OSRI) había reportado más de 600 incidentes relacionados con la ciberseguridad. Así dio a conocer Miguel Gutiérrez Rodríguez, director general de la entidad, en ocasión del Encuentro Nacional de Seguridad en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) que sesionó recientemente.
No es que sea algo generalizado, pero sí ha sucedido. No obstante, cada vez que se ha reportado un suceso de este tipo, las entidades han tomado partido de inmediato para minimizar los daños y en este escenario, la OSRI también desempeña un rol importante como parte del sistema de ciberseguridad del país, puntualizó.En entrevista con Granma, Gutiérrez Rodríguez señaló que otras amenazas han estado relacionadas con las propias vulnerabilidades de los sitios web cubanos y errores de configuración. Asimismo, aseguró, hay casos de códigos malignos que se introducen en la red y se apropian de máquinas y dispositivos electrónicos para agredir a terceros, escanear información o leer cualquier archivo.
Adscrita al Ministerio de Comunicaciones (Mincom), la Oficina cuenta con equipo de respuesta a incidentes cibernéticos que trabaja en diferentes aristas. Una de ellas, explicó su director, es la gestión del incidente en sí.
Al tener implementado un esquema de gestión, cuando se detectan eventos en el tráfico de datos, la OSRI emite una notificación a la entidad afectada para contener el problema, ya que un incidente de este tipo, al estar sustentado sobre redes informáticas interconectadas, tiene muchas posibilidades de escalar. El siguiente paso es investigar, dilucidar lo que ocurrió.
«Asimismo, ejecutamos acciones para detectar vulnerabilidades (a través de técnicas de hackeo ético). La idea es que, antes de que un usuario malintencionado entre a la red y detecte las brechas del sistema, nosotros lo hagamos. Por otra parte, hay un tercer proceso que es el control y la supervisión para asegurar el cumplimiento de las normas y regulaciones que existen sobre seguridad informática».
En tal sentido, dijo, lo más acabado que tenemos es la resolución 127 del Mincom, que aunque se implementó en el 2007, tiene un amplio espectro en su alcance, pues se diseñó a partir de una norma internacional para buenas prácticas. De hecho, aseguró Gutiérrez Rodríguez, más del 95 % de los incidentes cibernéticos que hoy ocurren en el país es posible tipificarlos a partir de esta resolución, aun cuando organismos y empresas no cumplen siempre con todos sus postulados.
No obstante, reconoció, el Ministerio trabaja en función de crear un marco regulatorio en torno a la seguridad informática, pues no basta con una resolución, hay que incluir otros procesos relacionados con la política de informatización de la sociedad.
LOS USUARIOS… EL ESLABÓN MÁS DÉBIL
Aunque constantemente surgen nuevas versiones de programas malignos y los hackers perfeccionan los mecanismos para robar información, encriptar archivos o anular el funcionamiento de determinado sistema operativo, también hay otras circunstancias menos informáticas y más de carácter humano que deben tenerse en cuenta.
Autenticar el acceso a los datos con credenciales robustas, no responder correos electrónicos que soliciten información personal ni descargar ficheros de fuentes desconocidas, son medidas primarias que todo usuario debería conocer, incluso, antes de conectarse. Sin embargo, muy pocos piensan en seguridad cuando navegan en la red, y mucho menos consideran peligroso abrir una página web que promociona la descarga gratis de videojuegos y películas.
Cuando menos, se trata de una estafa o también puede ser una fachada para que el usuario participe, inconscientemente, de alguna actividad maliciosa.
Según el director de la OSRI, la solución a los problemas de ciberseguridad parte, fundamentalmente, de la conciencia y la percepción de riesgo que puedan tener todas las personas que, de manera directa o indistintamente, emplean las TIC.
No se puede prever un crecimiento de la informatización y acceso a internet, sin tener en cuenta que mientras más conectados estemos, también se incrementarán, en términos técnicos, las posibilidades de ataques cibernéticos.
Y sucede con frecuencia que ni siquiera en los centros laborales se informa adecuadamente a los usuarios cuáles son las normas y sus responsabilidades en el uso de los medios tecnológicos, o se autorizan accesos sin conocer o controlar para qué serán utilizados, agregó.
A lo interior de las entidades, comentó, también deben estar implementados controles y otros mecanismos de seguridad derivados de la resolución 127/2007, y que estén sujetos a las peculiaridades de cada empresa. Asimismo, deben ejecutarse análisis de riesgos y saber de qué amenazas o fallos hay que proteger los programas y softwares más importantes, además de resguardar los equipos de eventualidades como incendios, terremotos, inundaciones y fallos en la instalación eléctrica.
Soluciones antivirus y antispam, y análisis de url maliciosas, así como la actualización de los parches de seguridad, son medidas que funcionan como primera barrera ante cualquier problema en la red, aseguró Gutiérrez Rodríguez.
En el caso de las personas naturales y las posibles violaciones de la norma, puntualizó, hay que organizar la manera de incidir en ello, especialmente porque han ido creciendo las posibilidades de accesibilidad y existen proyectos de informatización en el país como el Nauta Hogar, que extiende el acceso a internet para los cubanos.
A la par de estos procesos, hay que crear también en la población una conciencia sobre la seguridad y esta tarea debe comenzar desde las enseñanzas tempranas, pues son los más jóvenes quienes acceden con mayor intensidad a las nuevas tecnologías y desconocen en gran medida cómo funciona la web y los peligros que puede implicar, resaltó el Director de la OSRI.
«Hay que usar las TIC responsablemente y con una posición que te permita saber controlar los riesgos o al menos gestionarlos».
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