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miércoles, 25 de octubre de 2017

De Eisenhower a Trump: historias mal contadas



De Eisenhower a Trump: historias mal contadas. Por Omar Pérez Salomón


Los supuestos ataques sónicos en la embajada de EE.UU. en La Habana es uno de los capítulos más inverosímiles  en la incesante campaña de engaños, calumnias y fechorías contra la Revolución Cubana provenientes del vecino del norte desde 1959.
La política seguida contra Cuba por doce Administraciones estadounidenses ha estado signada por la ejecución de un sinnúmero de campañas de propaganda donde prevalecen las mentiras y falsedades. A continuación recordamos algunas de esas historias mal contadas que han servido como pretexto para agredir a la Revolución Cubana.
Por estos días se cumplen cinco años de que en el Miami Dade College, una institución universitaria de esa ciudad estadounidense se inaugurara  una escultura del artista cubanoamericano Enrique Martínez Celaya, para conmemorar los 50 años del fin de la Operación Peter Pan, una de las acciones de subversión más crueles  desarrolladas por la CIA, el gobierno de Eisenhower e instituciones religiosas de Estados Unidos, con el apoyo de organizaciones contrarrevolucionarias dentro de Cuba, donde las principales víctimas serían indefensos niños y padres engañados o confundidos por ilusorios rumores, con propósitos desestabilizadores.
Según escribe Ricardo Alarcón de Quesada, ex presidente del parlamento de Cuba, en la introducción al libro Operación Peter Pan, un caso de guerra psicológica contra Cuba,de los autores Ramón Torreiro y José Buajasán:
“La burda patraña, según la cual el gobierno revolucionario iba a quitarles los hijos a sus padres, privándoles de la patria potestad, fue echada a circular por la CIA y la contrarrevolución después que las autoridades revolucionarias llevaban varios meses haciendo, precisamente, lo contrario: la Ley 797 del 20 de mayo de 1960 había facultado al Ministerio de Justicia para que, en forma totalmente gratuita, realizara inscripciones y transcripciones de nacimientos y celebrase matrimonios que antes no se habían efectuado legalmente”.
Asombrosamente, algunos historiadores de Miami, medios de comunicación capitalistas e instituciones como el Miami Dade College, se refieren a esta operación como una de las más conmovedoras historias de cubanos huyendo del comunismo, y  engrandecen el supuesto humanismo de sus ejecutores, pretendiendo ocultar la verdadera historia de la Operación Peter Pan.
En los días previos a la invasión mercenaria por Playa Girón el gobierno de John F. Kennedy mintió descaradamente en la Organización de Naciones Unidas (ONU), donde su representante Adlai Stevenson negó la participación estadounidense en los bombardeos a las bases aéreas cubanas y trató de hacer creer que era efectuada por aviadores cubanos desertores, Cuba demostraba ante la ONU y el mundo la falsedad de los planteamientos yanquis. En medio de las negativas norteamericanas, la invasión a Girón ponía al desnudo la hipocresía y desfachatez del gobierno de Estados Unidos. Posteriormente el propio presidente Kennedy reconoció la participación de su gobierno, y su propia responsabilidad en la fracasada acción.
Durante la administración de Lyndon Johnson se produjeron más de 2000 incidentes agresivos desde el territorio ilegalmente ocupado de la base naval de Guantánamo. El 21 de mayo de 1966 fue asesinado el soldado Luis Ramírez López que prestaba servicio en la frontera. El pentágono tergiversó los hechos y emitió una declaración en la que se alegaba que seis soldados cubanos habían penetrado en el perímetro de la base, lo que fue rechazado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz mediante una nota de prensa dada a conocer el 27 de mayo.
En septiembre de 1970, antes de las elecciones congresionales y de las asignaciones presupuestarias del Congreso al Pentágono, el gobierno de Richard Nixon desató una crisis artificial sobre una base de submarinos nucleares soviéticos en Cienfuegos. El senador William J. Fulbright, entonces presidente del comité de relaciones exteriores del Senado, acusó a la administración de engañar al pueblo norteamericano y añadió que tales historias de submarinos nucleares en Cuba tenían como objetivo conseguir que el Congreso aprobara generosas asignaciones al Pentágono.[1]
En medio de la campaña presidencial de 1976 el presidente Gerard Ford acusó al gobierno cubano de bandido internacional y de aventurero. Fidel, en histórico discurso pronunciado el 19 de abril de 1976 declaró al respecto:
“No voy a señalar en este solemne acto el calificativo que merecen los insolentes epítetos de Ford en sus campañas politiqueras por el sur de Estados Unidos y otros cínicos hechos de su política imperial. Me basta, por ahora, con responderle que es un vulgar mentiroso.” [2]
Durante los meses finales de 1978 se desarrolló una nueva campaña contra Cuba, que tomaba como pretexto la presencia en la isla de aviones MIG-23. Los medios propagandísticos norteamericanos dijeron que la Unión Soviética había estacionado de quince a veinte aviones de combate MIG-23 en Cuba y que algunos de ellos podían bombardear Estados Unidos con armas atómicas. La Administración de Jimmy Carter se vinculó públicamente a la campaña al supuestamente filtrarse un memorándum en el cual el secretario de Defensa Harold Brown alertaba al presidente que los MIG eran un problema de alta sensibilidad política. El presidente Carter decidió enviar a los cielos cubanos aviones de reconocimiento de alto vuelo SR-71, recomenzando así la práctica violatoria que se había suspendido casi dos años antes.
Al referirse a la crisis de los MIG-23, Fidel señaló: “Todo esto ha sido una gran farsa, una farsa. Porque (…) los MIG-23 estaban en Cuba hace aproximadamente un año. Empezaron a operar hace más de ocho meses. Eran conocidos por todo el mundo. Los Estados Unidos conocían eso perfectamente bien y saben perfectamente que esos aviones son aviones tácticos defensivos (…) Entonces, de repente (…) ¿por qué se produce una filtración que debe ser una filtración entre comillas? ¿Por qué se filtró algo que sabían? (…) inventaron esta pseudocrisis de los MIG-23 y la utilizaron como pretexto para violar el espacio aéreo cubano. [3]
En enero de 1981 asumió el poder la Administración de Ronald Reagan, que de inmediato comenzó a poner en práctica medidas agresivas contra Cuba. En este sentido desató una campaña de propaganda con el fin de “probar” la supuesta responsabilidad de Cuba en el auge revolucionario centroamericano y, en particular, en El Salvador. En junio de 1982 el Departamento de Estado realizó una campaña para vincular a Cuba con el tráfico de drogas.
En octubre de 1983 el gobierno de Reagan ordena la invasión a Granada y la justifica con colosales mentiras, entre ellas se acusó a Cuba de tener responsabilidad en el golpe de Estado y la muerte de Maurice Bishop, sin aducir ninguna prueba al respecto; afirmó que Cuba estaba próxima a invadir y ocupar Granada y que esta isla se estaba convirtiendo en una base soviético-cubana.
El 27 de marzo de 1990 el gobierno de George H. Bush (padre) da luz verde al inicio de la agresión televisiva contra Cuba, que se contrapone a numerosas normas del derecho internacional. De esta manera el ejecutivo estadounidense mintió cínicamente al manifestar que dichas transmisiones no ocasionan interferencias en Cuba, ocultando el hecho de que los transmisores de televisión cubanos han sido registrados para ofrecer servicios las 24 horas del día.
El 24 de febrero de 1996 aviones de la organización terrorista “Hermanos al rescate” provenientes de territorio de EE.UU violaron por enésima vez el espacio aéreo de Cuba y fueron abatidos por aviones de la Fuerza Aérea cubana. El gobierno de William Clinton de inmediato manipuló el hecho y sin prueba alguna falseó la información respecto al lugar en que los dos aviones fueron derribados. En amenazadora nota oficial de protesta, el secretario de Estado Warren Christopher calificó el acto como “flagrante violación de las leyes internacionales y las normas de un país civilizado”. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba respondió acusando a Christopher de “mentir de manera cínica” y afirmó disponer de pruebas inequívocas de que los dos aparatos volaban sobre aguas territoriales del país, entre ellas, mapas que revelaban, minuto a minuto todo lo que había sido captado por los radares cubanos, grabaciones de las comunicaciones de la torre con los aviones cubanos, y hasta objetos personales de uno de los pilotos muertos, que habían sido recogidos por la Guardia Costera en aguas cubanas al norte de la capital.
En el 2004 el presidente George W. Bush lanzó un ataque contra Cuba al definirla como ‘principal destino del turismo sexual’. En un discurso electoral en Tampa, Florida afirmó:
“El turismo sexual es una fuente vital de divisas para mantener al gobierno cubano a flote. Cuba ha reemplazado al sudeste asiático como sitio para los viajes de pederastas y turistas que buscan sexo. Cuando se aflojaron las restricciones para los viajes a Cuba en los años 90, el estudio encontró que el flujo de estadounidenses y canadienses había contribuido a un agudo incremento de la prostitución infantil en Cuba. Mi gobierno trabaja para una solución completa de este problema: la transición rápida y pacífica a la democracia en Cuba”. De inmediato varias agencias de noticias se hicieron eco de estas falacias.
Al respecto el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó el 26 de julio de 2004:
“Hay muchos en el mundo que conocen muy poco de la Revolución Cubana y pueden ser víctimas de las mentiras y engaños que el gobierno de Estados Unidos difunde a través de los enormes medios de divulgación de que dispone.
“Pero hay también muchos, especialmente en los países pobres, que conocen lo que es la Revolución Cubana, el esmero con que se consagró desde el primer instante a la educación y a la salud de los niños y de toda la población, su espíritu de solidaridad que la ha llevado a cooperar desinteresadamente con decenas de países del Tercer Mundo, su apego a los más altos valores morales, sus principios éticos, su insuperable concepto de la dignidad y el honor de su patria y de su pueblo, por los cuales los revolucionarios cubanos han estado siempre dispuestos a ofrendar sus vidas. Sin duda esos muchos amigos, en cualquier rincón del mundo, se preguntarán cómo es posible que se lancen contra Cuba tan incalificables y groseras calumnias”.
El gobierno de Barack Obama se caracterizó por la aplicación de elementos de la teoría del golpe suave, creando un espejismo de la realidad, falsas imágenes y noticas sin veracidad para manipular a millones de personas.
En relación con Cuba acusó en varias ocasiones al gobierno cubano de ser enemigo de Internet y en su vista a la isla el año pasado mintió acerca del aporte realizado por Cuba y EE.UU. en la derrota del Apartheid, en el proceso de paz en Colombia y en el enfrentamiento al Ébola en África Occidental, minimizando la contribución cubana.
Es obvio que la última acusación proveniente del vecino del norte es un pretexto del gobierno de Donald Trump para revertir el proceso de normalización de relaciones entre los dos países. Creo que con tales antecedentes quien tiene que demostrar que su historia es verdad es el gobierno estadounidense.
[1] Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa”: De Eisenhower a Reagan, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1987, p.196.
[2] Fidel Castro Ruz: Discursos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1979, t.3, p.183.
[3] Conferencia de prensa de Fidel en la primera y segunda reunión con personas representativas de la comunidad cubana en el exterior, 20 y 21 de noviembre y 9 de diciembre de 1978, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1979, p.53.
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