Por Arthur González /
Blog El Heraldo Cubano
Cuando
analizamos el resultado del tercer encuentro de la Comisión Bilateral entre Estados Unidos y Cuba, celebrada el pasado 16.05.2016, nos hace pensar que se está arando en el mar, por más que se
aseguren avances en una ambiciosa agenda para lograr, algún día, la
normalización de relaciones entre ambos países.
Desde
el 17.12.2014 hasta la fecha se han firmado nueve
acuerdos de entendimiento respecto a temas no medulares en la confrontación
contra Cuba.
Esos
documentos versan sobre los vuelos directos, el restablecimiento del
correo postal, la protección de áreas marinas, y se aspira a lograr otros en la
cooperación de la salud, la agricultura, la meteorología, sismología, áreas
terrestres y marítimas protegidas, aunque este último ya fue firmado.
Cuba muestra su buena
voluntad para alcanzar esa normalización y busca allanar el camino mediante
aspectos que pueden unir a ambos Gobiernos. Desde hace años sostiene encuentros
respecto a temas migratorios, el tráfico humano y las drogas, a pesar de
que son los Estados Unidos quien más
se benefician de esa cooperación cubana.
De los
nueve documentos firmados, excepto el restablecimiento de relaciones y la
apertura de embajadas en ambas capitales, los demás esperan por
decisiones burocráticas de Washington
para funcionar, proceso que se dilata en demasía y en los que se enmascara la
falta de voluntad política de los yanquis.
Sin
embargo, los temas decisivos para que Cuba
pueda tener un desarrollo normal se mantienen inalterables y Estados Unidos reitera que no moverá
sus fichas para cambiar ese estatus impuesto para derrocar el proceso
revolucionario que tanto odia.
Un
ejemplo fehaciente es la permanencia de la prohibición del uso del dólar estadounidense
para las transacciones de Cuba, a pesar del anuncio que hicieron días
antes de la visita del Presidente Barack
Obama a La Habana.
La
Guerra Económica contra Cuba, tal y como la definen sus
documentos desclasificados, no cesa y los objetivos que persigue son los mismo
de cuando fueron diseñados por el Presidente
J.F. Kennedy en 1962, los que expresan textualmente:
“…La acción política
será apoyada por una Guerra Económica
que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las
necesidades del país, las Operaciones
psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el
régimen…”
Ahí
no se menciona la palabra “embargo” como pretenden venderle al
mundo, y desde hace algunos años le hacen lo mismo a Venezuela.
A
tal punto llega su obstinación por aumentar el resentimiento del pueblo cubano
contra el sistema socialista, que Estados
Unidos acabar de bloquear el envío de fondos en libras esterlinas
desde el Reino Unido de la Gran Bretaña,
para la compra de un simple piano de cola que sería regalado al conservatorio Amadeo Roldán, de La Habana, Cuba.
En
el recién encuentro sostenido quedó claro que el Bloqueo y la Ley Helms-Burton, continúan con idénticos fines; la Ley de Ajuste cubano intocable, el
financiamiento y estimulación a la subversión interna con el sueño de lograr
revueltas populares al estilo de la Primavera
Árabe o las Guarimbas venezolanas,
se mantiene.
La
ocupación del territorio de la Base Naval en Guantánamo no se
admite incluir en la agenda, al igual que el tema de la Radio y TV Martí.
Esas
acciones criminales contra Cuba que
son el centro de la problemática a la que está sometida la Revolución desde hace más de medio siglo, siguen sin ser resueltas,
y lo peor es que mientras Estados Unidos
decidió restablecer las relaciones diplomáticas como nueva táctica para
desmontar el socialismo desde adentro, no varía sus viejos métodos,
tratando de ganar tiempo con la aceptación de acuerdos que los beneficia más
que a los cubanos.
La
directora general de Estados Unidos en
el Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal
Ferreiro, declaró que en la presente reunión con la delegación
estadounidense se le presentó una lista de catorce afectaciones derivadas del Bloqueo
económico comercial y financiero, que la Isla ha sufrido en los últimos seis meses, como fue el
cese de servicios financieros, el cierre de cuentas bancarias en terceros
países o el rechazo de transacciones financieras realizadas por Cuba en monedas diferentes al dólar.
En
los últimos seis meses Washington
impuso multas a tres empresas, una francesa y dos estadounidenses, por
relacionarse con Cuba, lo que
provoca un efecto disuasorio e intimidatorio que se tradujo en que entidades
que prestaban servicios financieros a las embajadas cubanas en Namibia, Canadá, Turquía o Austria,
decidieran suspender sus operaciones.
Como
parte de su accionar subversivo, Estados
Unidos solo autorizó relaciones más normales en la esfera de las
telecomunicaciones, pues como afirmó el Senador Guerra Económica contra Cuba, durante un evento celebrado en 2012 por la Fundación Heritage de
Estados Unidos y Googles Ideas:
“El sistema totalitario
cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet, pues Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.
Esa
misma pretensión fue recomendada en 1996 por la RAND Corporation, del Instituto
de Investigaciones para la Defensa Nacional de Estados Unidos, cuando en un informe elevado al Departamento de Defensa, afirmaron:
“Ayudar la apertura en Cuba y forzar el surgimiento de una
sociedad civil independiente, alentando el enlace de Cuba a Internet y
utilizarlo para transmitir noticias y análisis balanceados, promover el uso de
Internet por ONG cubanas,
universidades y otros destinatarios”.
La
contradicción de los resultados de estos encuentros está en que, mientras la
soga permanece intacta apretándole el cuello al pueblo cubano para que acusen
al socialismo de ser incapaz de solucionar sus penurias económicas, se
califican los pasos dados hasta la fecha de “productivos”,
mientras se espera que los documentos firmados puedan ejecutarse.
Al constatar el actual
panorama político latinoamericano hay que reconocer lo visionario fue José
Martí, cuando afirmó en 1895:
“…impedir
a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por la Antillas los
Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de
América…”
Fuentes:
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