Por Nicanor León Cotayo. El Nuevo Herald publicó un editorial sobre el Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba: “La revolución cubana con un pie en la tumba”.
Así desahogó este miércoles parte del profundo resentimiento que alberga la ultraderecha de origen cubano asentada en Miami.
¿Motivo? Debido al público reconocimiento, hasta de Barack Obama, sobre el fracaso de la política estadounidense hacia la isla.
Una periodista de la agencia EFE, Omara García Mederos, escribió un reportaje sobre el magno evento efectuado entre el 16 y el 19 del presente mes en La Habana.
O sea, en el contexto del 55 aniversario de la histórica derrota sufrida por la brigada que Washington compró para tratar de poner fin a la Revolución cubana.
Aquel hecho, por cierto no mencionado en el escrito de la señora García Mederos, fue y continúa siendo expresión de un fracaso que se extiende hasta hoy.
Sin embargo, en la versión del Herald se habla respecto al supuesto “estado decrépito del gobierno cubano”.
También, como tantas veces durante años, menciona la tesis (made in USA) de su cada vez más precario futuro.
Opinó, confundiendo nuevamente deseos con realidad, que Fidel Castro, a sus 89 años parecía carente de fuerzas.
El odio visceral quedó al desnudo cuando, de todo lo dicho por el líder cubano solo interpretó, a su manera, que pronunciaba lo que podría ser su discurso final.
Sin embargo restaron aún más seriedad a su propio escrito cuando afirmaron que lo de Fidel Castro fue “una rara aparición en público”.
Escogieron mal las circunstancias, porque solo unos días antes el presidente cubano habló en una escuela donde se rindió homenaje a la heroína Vilma Espín Guillois. (Fidel Castro rinde homenaje a Vilma Espín)
Pero además, si alguien ha tenido apariciones en público, desde 1959 y hasta nuestros días, ha sido Fidel Castro.
En otro momento el artículo de la periodista García Mederos asegura que, aún cuando ni Castro ni el partido entiendan, la revolución “es una reliquia del pasado”.
El Congreso del Partido, añadió, fue una gran decepción para los cubanos, que esperaban ofreciera la visión de un futuro político mejor.
¿Qué entienden estos voceros ultraderechistas por un futuro mejor?
Palabrería al margen, la vuelta al capitalismo, el multipartidismo y la subordinación, ahora más profunda y brutal, a los dictados deWashington.
Junto a eso, añaden, cerró la puerta al cambio generacional, criterio en el que se mezclan mala intención, ignorancia y el sostenido propósito de alentar divisiones entre jóvenes y menos jóvenes.
A continuación, una estupidez propia de quienes la fabrican a granel.
¿En qué consiste? Al escribir:
Fidel Castro ha ido evolucionando a través de las décadas, desde sus primeras fotografías, como joven abogado y dirigente universitario, en 1950, hasta su aparición más reciente en el Congreso del Partido.
Asimismo plantearon que mientras el ex mandatario pedía a los delegados garantizar la existencia de la revolución, Raúl nombró como su segundo “al integrante de la línea dura José Ramón Machado Ventura”.
Esa última expresión denota que la señora García Mederos ha sido amaestrada en repetir ideas vendidas hace años desde Washington contra dirigentes cubanos.
Muy distantes a las posiciones sólidamente unitarias asumidas por los alrededor de mil delegados al Congreso.
He aquí uno de los puntos más flacos de los enemigos de Cuba, mentir y tergiversar a bandera desplegada.
No es nuevo, lo han ejercitado desde la primera semana de enero de 1959, cuando lanzaron por todo el mundo la versión de que en la isla estaban fusilando a los opositores a la Revolución.
Falso, como demostró una gigantesca Operación Verdad llevada a cabo en La Habana a mediados de enero de aquel año.
Cientos de periodistas de América Latina, Estados Unidos y el resto del mundo comprobaron quiénes eran esos supuestos opositores.
Luego de juicios con todas las garantías solo fueron condenados a la pena capital monstruosos asesinos y torturadores que actuaron como integrantes de cuerpos represivos.
He ahí una de las razones que, con los años, han ido erosionando, grano a grano, la credibilidad de los enemigos de Cuba.
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