Blog_CubaSigueLaMarcha

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martes, 17 de julio de 2018

La “lucha” y el trabajo en Cuba



Por Yasel Toledo Garnache* / Blog Mira Joven (Cuba)


El significado de la palabra luchar adquiere una lamentable significación en esta contemporaneidad donde algunas personas se empeñan en sacar provecho de cualquier situación u oportunidad.
La nueva definición no aparece en diccionarios ni manuales académicos, pero vive en la mente de muchos y circula en el mundo físico de voz en voz y con acciones disímiles.
«Debes aprender a luchar»«él sí es un luchador», «estoy en la lucha de todos los días»… escuchamos en hogares, pasillos y hasta centros laborales, y así lo englobado en ese vocablo «moderno» se convierte en propósito de algunos o motivo de críticas para quienes no son consecuentes con esa forma de pensar y hacer.
Hoy es común que algunos interesados en ciertos empleos pregunten no solo por salarios, sino también por las posibilidades de«búsqueda», «raspe»… (sinónimos callejeros de «luchar»).
Lo más preocupante no son las expresiones, sino lo que suelen abarcar. Aunque duela admitirlo, en ocasiones esos vocablos sustituyen a frases como robar, desviar, aprovecharse de los demás, ser deshonestos y «vivos» en exceso.
¿Cómo se «lucha» «se raspa» en una cafetería, en un restaurante u otra unidad gastronómica? ¿Cómo se hace en una construcción, una bodega, un trabajo por cuenta propia, un medio de transporte público, una terminal de ómnibus o un cargo administrativo?
Resulta esencial el castigo. El control interno debe ser permanente y, como lupa enorme, capaz de ver hasta lo aparentemente imperceptible. En ocasiones, son detectados casos de corrupción que no debieron crecer nunca, pues lo mejor es evitarlos o eliminarlos apenas recién nacidos.
Pululan ejemplos de reventas de productos que claramente no fueron generados en manos de particulares. Frente a tiendas y en otros lugares públicos ciertos individuos expenden mercancías que debieran estar dentro de esos establecimientos.
En la mente de algunos infantes y adolescentes, la idea de la «lucha contemporánea» puede adquirir demasiada fuerza. Escuchar elogios a quienes no hacen lo correcto podría contribuir a la formación de tergiversados modelos y referentes.
Seguramente cada quien tiene sus percepciones, vivencias personales o narradas por otros. Tal vez la pregunta más importante sea cuáles son las causas de las actitudes desfavorables.
Es lamentable que muchas personas con edad laboral no trabajen. A veces hasta manifiestan su deseo de hacerlo, pero cuando las ofertas son en la agricultura u otras relacionadas directamente con la producción, prefieren caminar en sentido contrario al de los posibles empleos.
Todos reciben parte de los presupuestos del Estado y sus beneficios, adquieren los alimentos en las bodegas, estudian, son atendidos en hospitales…, aunque se comporten solo como imanes en aspectos económicos.
El mal empleo de la palabra «luchar» es indudable, sería más adecuada para referirse a quienes siempre se esfuerzan al máximo por aumentar las producciones en cantidad y calidad o alcanzar la excelencia en su quehacer.
Constituiría una manera justa de resaltar a quienes jamás se sienten vencidos por los problemas cotidianos ni tropiezos de la vida, a esos que, como Quijotes del siglo XXI, siguen adelante con mucho ahínco, afán de superación, amor a sus familiares y al país, disposición y bondad.
Serviría para reconocer a las mujeres y hombres que se levantan cada mañana, atienden a sus hijos y van hacia la empresa o el campo, y laboran durante varias horas, sin importar cansancios ni sudores, para luego regresar a sus hogares, dispuestos a seguir activos a favor de los seres queridos.
Aquí, en esta Cuba nuestra, de tantos sueños y retos, hay muchos merecedores del vocablo (en su significado positivo), de aplausos y hasta reverencias.
La concreción de los sueños, especialmente los económicos, no depende de apretar botones o dar tres salticos, tampoco debería nacer de la maldad, las desviaciones o lo éticamente incorrecto. Mucho se deberá seguir trabajando con inteligencia y esfuerzo, a favor de avances individuales, de los grupos y la nación, con atención a lo espiritual y material.
Ante todo esto, la inmovilidad, el cerrar los ojos o asumir el silencio nunca serán las actitudes más favorables. Resulta esencial ser valientes en el combate a lo incorrecto, pero sobre todo constituir cada uno ejemplo de lo positivo y aspirar a la excelencia en cada acción y labor.
Corresponsal-Jefe dela Agencia Cubana de Noticias en Granma y Vicepresidente provincial de la AHS. Es graduado del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y de Periodismo en la Universidad de Holguín. Periodista, ensayista y narrador. Amante del cine y el deporte.

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